El anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2022 presentado por el Gobierno al Congreso vuelve a dejar de lado la construcción de la autovía A-32, entre Albacete y Linares, en Jaén. En el documento de cuentas, el Ejecutivo sólo prevé poco más de 15 millones de euros para el próximo año. La mayoría de tramos situados entre la capital y el límite de provincia con Jaén, situado en Reolid, reciben exiguas partidas para actualizar los estudios previos al inicio de las obras. Estas partidas presupuestarias aparecen en los Presupuestos Generales del Estado desde hace años, sin que, a día de hoy, se hayan acometido. La circunvalación sur de la capital, que servirá de vía rápida de conexión con otras autovías como la A-30 o la A-31, sí continúa a buen ritmo, mientras que aparecen nueve millones de euros para las obras de la intersección de la futura autovía con la carretera CM-313, en Balazote.
Las reacciones fueron de todos los colores. Para los cargos institucionales del PSOE, las partidas significan que el proyecto continúa, mientras que para los de la oposición -PP y Vox- no significan nada. Quizá las más relevantes fueron las del presidente de los empresarios (FEDA), Artemio Pérez, quien calificó la inversión de «ridícula», mientras que los sindicatos manifestaban que eran «insuficientes» después de que hubieran desconvocado una protesta ante la Subdelegación para pedir una reactivación de las obras.
La autovía A-32 es fundamental para el desarrollo económico de la capital albacetense y de la comarca de la Sierra de Alcaraz, pero parece ser que para el Gobierno de España -ya sea el actual o sus predecesores- no lo es. Según las asociaciones empresariales de Albacete y Jaén, el impacto económico sería de unos 60 millones de euros diarios, pero parece ser que eso no es tan importante en las altas esferas políticas. La apertura de la A-32 supondría la apertura de una nueva ruta comercial -tan antigua como los romanos o los cartagineses-, pero la altura de miras de la clase política actual se queda en el cortoplacismo electoralista y no se preocupa por el futuro de los territorios más desfavorecidos, como es el caso de la provincia de Jaén o gran parte de la de Albacete.
Ya es hora de que el Gobierno acometa una obra estratégica para la conexión de Andalucía con Castilla-La Mancha. Son más de 30 años de espera y la mayoría de los tramos duermen el sueño de los justos en algún cajón ministerial, mientras que los políticos quieren que la sociedad albacetense comulgue con ruedas de molino por incluir migajas presupuestarias que no hacen avanzar ni un kilómetro de asfalto en territorio albacetense. Es hora de que los albacetenses y los jienenses reclamen tener acceso a las mismas oportunidades de desarrollo que otros territorios mejor situados... políticamente.