El Real Murcia anunciaba ayer el acuerdo con el Albacete Balompié para la condonación de una deuda de 280.000 euros con la entidad manchega. El tema viene de lejos y el Albacete no ha querido ser menos que otros clubes del denominado G-30 ante una situación que puede condenar al Real Murcia a la desaparición si no logra el acuerdo con todos los implicados antes del 31 de diciembre, fecha en la que finaliza su concurso de acreedores. La deuda total era de 3,7 millones, que se ha visto reducida en los últimos días gracia a los acuerdos con Zaragoza, Sporting y el propio Albacete.
 La deuda viene de lejos, de hace unos 15 años. Entonces había un grupo denominado G-12 con los principales clubes de Primera y otro llamado G-30 con el resto de Primera y los de Segunda.  El G-30 negoció por su cuenta los derechos de televisión de la temporada 2003-04. Finalmente el Murcia, con el fallecido Jesús Samper en la presidencia, rompió la baraja y con Javier Tebas como abogado del G-30, el Tribunal de Arbitraje del Deporte condenó a los murcianos a pagar una multa de cinco millones de euros por no respetar los derechos de televisión.

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