La Sección Segunda de la Audiencia Provincial juzgó ayer a un individuo que se enfrenta a seis años y un día de cárcel acusado de traficar con cocaína, hechos que negó.

En concreto, el procesado, J.R.R.V., natural de Colombia con nacionalidad española y con antecedentes por conducir ebrio, comentó que llevaba 19 años residiendo en España y que tras vivir en Fuenlabrada (Madrid), donde tuvo un bar que le dejó deudas, se trasladó a Benidorm, donde trabajaba montando muebles. 

Tras conocer en un bar que frecuentaban los colombianos en Benidorm, al otro acusado, Y.A.A.C., actualmente en paradero desconocido, un amigo común le manifestó que éste necesitaba a alguien que condujera un coche hasta Madrid, por lo que se pusieron en contacto.

De esta forma, Y.A.A.C. le dejó un coche al acusado J.R.R.V., con el fin de que fueran a Madrid en dos vehículos a recoger al aeropuerto a unos familiares de Y.A.A.C., que no cabían en un único vehículo, porque además llevaban mucho equipaje, por lo que le pagaría 150 euros. Como J.R.R.V. tenía una hija en Madrid, le dijo que él saldría más temprano para ir a visitarla y que se encontrarían en Barajas.

Cuando el acusado, que llevaba un Ford Fiesta azul estaba llegando a Albacete, recibió una llamada de Y.A.A.C., porque el vehículo en el que viajaba se había averiado, por lo que finalmente tuvo que dar la vuelta e ir a llevarle aceite para el coche. Ambos vehículos se encontraron en el carril de deceleración, en la entrada de Chinchilla. Tras echar aceite al coche, Y.A.A.C. le dijo que él se llevaría el Ford Fiesta y que J.R.R.V. se volviera a Benidorm con la grúa y tras coger sus cosas le dijo que iba a echar aceite al motor del Ford, por lo que le indicó que fuera por la lata, mientras él habría el capó. 

MÁS INFORMACIÓN EN EDICIÓN IMPRESA