Partido de necesidades para los dos equipos castellanomanchegos, dos conjuntos que no podían decir que estén tranquilos con lo hecho hasta el momento ni con la posición que ocupan en la tabla, los dos metidos en zona de peligro. El encuentro se inició con dominio local. Los de Fran Alcoy sabían que era una ocasión propicia para poner tierra de por medio con los puestos más bajos y quería aprovechar la mala racha de los albaceteños que no sabían lo que era puntuar en sus salidas.

La meta talaverana quedaba muy lejos de las retrasadísimas líneas visitantes y a los de rojo les costaba un mundo acercarse siquiera a las inmediaciones de la portería de Óscar Santiago.

Por parte visitante, hubo que esperar al minuto 70 para ver una jugada de control de juego y de acercamiento, timorato, pero acercamiento a la meta talaverana. Los cambios delos dos entrenadores eran tendentes al ataque pero no había manera, y más con jugadores como Perona que no dejaba pasar ni una por su entorno. Pero, en la única ocasión en la que Perona no estuvo acertado, concedió una falta desde el lateral que acabó costándole muy caro al Villarrobledo. El centro fue despejado en primera instancia por la defensa pero el balón cayó en las inmediaciones del meta visitante, el cual no pudo saltar con limpieza porque Aguilera le impidió hacerlo -en falta, según los visitantes-, cayéndole el balón al mismo Aguilera que cedió atrás a Sanjosé para que éste fusilara la meta rival y abriera el marcador.