Vivan los novios

Josechu Guillamón
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El Registro Civil de la capital volvió a celebrar bodas, algo que no hacía desde el inicio del estado de alarma, aunque los contrayentes sólo pudieron estar acompañados por los testigos

Vivan los novios - Foto: Rubén Serrallé

Tras dos meses y medio sin celebrar enlaces matrimoniales, la sala de vistas del Registro Civil volvió a acoger bodas ayer. 

Sin embargo, se celebraron muchas menos de las que se realizan normalmente y es que las dificultades a la hora de celebrar el convite con la familia y los amigos provocaron que se produjeran muchas suspensiones, como explicaba a La Tribuna el juez decano de Albacete y responsable de oficiar las ceremonias, Pedro Benito López. «Solemos realizar 10 ó 12 bodas al día y para la primera jornada sólo han quedado cuatro, porque el resto las han suspendido. Han suspendido la mayoría».

Los primeros novios en llegar al juzgado eran Juan Manuel Martínez Sánchez y Marina Inmaculada Martín de la Sierra de la Flor, que reservaron su fecha de boda hace un año y que hasta hace unos días no sabían si iban a poder casarse, como explicaba Juan Manuel Martín. «No sabíamos si íbamos a poder casarnos o no y nos avisaron hace pocos días, porque todas las bodas de mayo se suspendieron, sólo quedaban pendientes las de junio y hemos sido los primeros, después del confinamiento».

Boda extraña. Aunque ambos se mostraban encantados de poder casarse, los dos reconocían que no era la boda que esperaban, especialmente porque les faltaba la compañía de muchos seres queridos, como comentaba Marina Inmaculada Martín. «Yo soy de Daimiel y con esto de las fases, mi familia no ha podido venir, con lo que todo es algo extraño».

Un problema que también tenía el novio, cuya madre tampoco pudo asistir al enlace. «Mi madre está en una residencia y no hemos podido verla y tampoco ha podido venir hoy para estar aquí con nosotros en este día tan especial. Es un poco duro, estamos esperando que llegue la fase 3 para ir a verla».

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