Creció la demanda de tratamiento en la UCA por adicción

Teresa Roldán
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Más de 1.300 pacientes, 433 nuevos, con problemas de dependencia tanto a sustancias psicoactivas como por ludopatía fueron atendidos en el recurso del Sescam durante el ejercicio del pasado año

Equipo de profesionales que trabaja en la Unidad de Conductas Adictivas de Albacete. - Foto: Arturo Pérez

La demanda de atención especializada para dejar las adicciones con o sin sustancia de forma ambulatoria a través de la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) de Albacete, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, creció durante el 2020, a pesar de la pandemia del coronavirus, un 3,34%, con 1.329 pacientes atendidos, frente al 2019 que experimentó una subida del 11,3% con un total de 1.286 pacientes tratados. La mayor parte de las personas que acudieron a este dispositivo lo fue por adicciones a sustancias psicoactivas (de ellos, 505 por consumo de alcohol, lo que representa un 40% del total de los enfermos vistos en la UCA); y 69 por disfunciones no provocadas por el uso de drogas. En 2019 los pacientes que acudieron a este servicio fueron 1.286 (1.193 de ellos por sustancias psicoactivas y 93 por consumos sin sustancia). Asimismo, en 2018 las personas tratadas en la UCA fueron 1.155 (1.071 por consumo de diferentes sustancias y 84 por otras adicciones).
Además, según la memoria de actividad de este dispositivo que forma parte del Servicio de Salud Mental, durante el pasado año demandaron por primera vez tratamiento 433 pacientes por sustancias y 27 sin sustancia, cifra que sí fue algo ligeramente inferior a años anteriores, por ejemplo, los nuevos pacientes en 2019 en este recurso fueron 519.

 

Estigma

La coordinadora de la UCA, la doctora experta en adicciones Isabel del Amo, destacó que el estigma de la mujer con adicción supone todavía hoy una barrera clara de acceso al tratamiento, porque por cada mujer que ha demandado tratamiento en este servicio por alguna adicción, lo han solicitado casi cinco hombres (83 mujeres frente a 377 hombres). «En ocasiones ellas dejan de cuidar a los hijos, a los padres, a las parejas y a ellas mismas. La sociedad castiga este comportamiento con el doble estigma, por ser adicta y por ser mujer».

 

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