A sus 49 años Miguel (nombre ficticio utilizado para preservar su anonimato) es un superviviente del mundo de las drogas. En tratamiento en recursos especializados de deshabituación desde 1990, su historial en el consumo de sustancias adictivas le ha llevado durante casi tres décadas a probar absolutamente todas las drogas ilegales que hay en el mercado, así como a mezclar alcohol y fármacos. Su trayectoria en este difícil mundo también le ha dejado un expediente delictivo importante, con varios delitos de hurto que le llevaron a ingresar en prisión y a cometer auténticas barbaridades nublado por los efectos de las drogas, entre ellos un intento de autolisis que le ha dejado secuelas importantes de movilidad en las piernas.
Ahora desde la distancia es consciente de que son muchos los errores cometidos y de que «las drogas son el mayor infierno que hay en el mundo».
Tras varios años de abstinencia continuada de todo tipo de adicciones Miguel se considera curado y «limpio de drogas». Una hazaña que ha conseguido gracias al apoyo y ayuda de los profesionales especialistas de la Unidad de Conductas Adictivas (UCA), y en particular de su doctora, la actual coordinadora de este recurso, Isabel del Amo, para la que le faltan adjetivos con los que agradecerle la labor de acompañamiento que le ha prestado desde que ingresó en este recurso el 4 de junio de 1999 para poder salir del oscuro pozo de la drogadicción.
Tras pasar por varios tratamientos de desintoxicación en este dispositivo, este albacetense, que en todo este proceso ha contado con el apoyo y comprensión de su familia, en especial de su madre, en mayo de 2001 fue incluido en el programa de sustitución de la metadona, en concreto, con buprenorfina/naloxona, un fármaco que ofrece buenos resultados para la deshabituación de opiáceos como la heroína. Recibió el alta el 20 de agosto de 2019, pero está en seguimiento en la UCA.
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