López simón paga la tarde desgraciada de Alcurrucén

PEDRO J. GARCÍA
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La casa Lozano presentó una corrida pobre de trapío, con la mayoría de toros pitados por el público, en el primer festejo en el que aparecieron las figuras en el abono

La tercera de abono tuvo dos claros protagonistas, los astados de Alcurrucén, por un lado, y el diestro López Simón, por el otro. Los astados de Alcurrucén pusieron la nota negativa de la tarde porque saltó al ruedo un encierro pobre de trapío, con varios toros anovillados y que además tenían poco dentro, sin clase y de mal juego en general, por lo que no es de extrañar que cuatro de ellos fueran pitados en el arrastre. El otro protagonista fue el diestro López Simón, anunciado con dos figuras del toreo, que vino a estar por encima de los elementos y se llevó una cara, ante el primero de su lote, al que cortó una oreja, y otra cruz, con el sexto de la tarde, que le cogió y le hirió cuando el joven diestro buscaba otro trofeo que certificase su triunfo. En la enfermería fue atendido por herida por asta de toro con orificio de entrada de cuatro centímetros en cara interna del muslo derecho tercio medio con trayectoria descendente de 14 centímetros que presenta hemorragia activa por arteria colateral de la arteria femoral. Desgarro muscular de músculos semitendinoso y recto interno. Contunsión y disección de arteria femoral en un trayecto de 10 centímetros. Presenta una segunda trayectoria ascendente de 15 centímetros que afecta a tejido celular subcutáneo y fascia muscular. Tras la intervención en la enfermería fue trasladado a la clínica Santa Cristina y el pronóstico es grave. La moneda, en este caso, cayó cruz, pero no evitó que López Simón dejase patente su gran momento y que quiere abrirse camino a base de verdad. Una verdad que, de no haber sido cogido, le hubiese llevado a coger la sustitución de Talavante.

desánimo en los tendidos. La tarde tuvo un inicio dispar, porque del populismo en la primera faena de Castella, que fue premiada con el regalo por parte del público de una oreja, se pasó  a que otro sector del público no fuese tan benévolo, en este caso con los toros, pitando al anovillado Alcurrucén que saltó en segundo lugar y tocó a Perera. Y de ahí, a las ganas de ver a López Simón, el tercero en discordia, el torero revelación batiéndose el cobre con dos figuras. Y es lo que hizo, porque desde el primer momento salió decidido a por el triunfo y dejó las primeras credenciales con el tercero de la tarde, un toro noble con el que el diestro estuvo firme, dispuesto y con muchas ganas, desde los lances de recibo a la verónica hasta la estocada con la que rubricó su labor. Entre medias, un toreo con verdad, ajustado y en un palmo de terreno, donde ligó las series a un toro que se apagó a medida que avanzaba la faena, por lo que en la recta final tiró de un arrimón muy de verdad y un ajustado remate con manoletinas.

El sexto de la tarde fue distinto, suelto, sin fijeza y descompuesto en los dos primeros tercios, pero eso no fue impedimento para que López Simón siguiera a la suya, que era buscar el triunfo. Para ello se fue a los medios y se clavó de hinojos, cuajando una serie con la derecha y llevándose un aviso, porque el toro se coló y le topó, sin consecuencias. Siguió en los medios y tras intentar un pase cambiado, que no ejecutó porque el toro no se arrancaba, probó un circular de espaldas y es cuando fue arrollado por el toro, que le propinó la cornada ya relatada. Castella, fue el encargado de despachar al astado, que fue pitado en el arrastre, como segundo, cuarto y quinto.

Fue Sebastián Castella precisamente el que paseó otra oreja, del que abrió plaza, un toro noble y que se dejó con el que el diestro no terminó de acoplarse en una faena en la que estuvo embarullado y que fue muy irregular, incluso con los aceros, con un pinchazo y una estocada. Afloraron los pañuelos y el presidente concedió una oreja que fue protestada por buena parte del respetable. Poco historia tuvo la labor ante el manso cuarto. Poco puso el toro y poco también un desdibujado torero que tampoco se acopló.

la raza de perera. Perera se fue de vacío, pero sacó su raza en tarde tan revuelta. Poco pudo hacer con el protestado segundo de la tarde, porque el toro no tenía ni fachada ni fondo. Aunque lo intentó no hubo manera y decidió despachar al astado, algo que hizo con una estocada caída y tres descabellos. El quinto de la tarde también fue protestado y entre tanto pito Perera sacó su raza para que todo cambiara y la atención se depositara en su faena, como así fue , a base de ligar las series y de un considerable arrimón cuando el toro estaba más apagado. Fue una pena que luego lo emborronase todo con los aceros, porque a un metisaca infame le sucedió un bajonazo, pero su disposición fue premiada con una ovación.

Así vivieron su primer capítulo del serial ferial Sebastián Castella y Miguel Ángel Perera, con una primera tarde que no pasará para la historia, aunque todavía queda a cada uno de ellos un segundo episodio. Así, Castella vivirá su segunda tarde del abono el miércoles 16, mientras que Perera lo hará el jueves 17, en lo que será el último festejo del abono. Esperemos que corran mejor suerte en esas tardes, por su bien y por el de todos los aficionados.