«El diseño de los cintos es muy complejo»

A.D.
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Jesús Ortega Murcia ha publicado Pascual. El último corrionero. El autor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta obra, en la que habla de uno de los oficios más relacionados con la cuchillería.

Jesús Ortega Murcia. - Foto: José Miguel Esparcia

Un proyecto que parte de sus experiencias en clase?

Claro, como consecuencia de la tarea integrada sobre la cuchillería, que hicimos en el colegio Ana Soto, nació la idea, porque dentro de los materiales que utilizamos elaboré una serie de fichas sobre la navaja, estuvimos en la Escuela de Cuchillería y en el Museo, pero también vimos cómo elaborar una funda de cuero y hacía referencia a mi padre. Hice una exposición, con oficios tradicionales, y uno de ellos era el corrionero. 

Es un compromiso también, porque a nivel de familia queremos hacer una donación de todas las herramientas de mi padre y algunas fundas. Quería acompañar la donación con un texto reducido de quién era mi padre, su oficio y  al final ha salido una obra más extensa.

¿Quién fue Pascual Ortega?

Mi padre, que nació en 1912 y tuvo todo un proceso muy rico a nivel profesional. Él siempre se considero corrionero,  que es una palabra que desaparece del diccionario. Es otra de mis batallas porque quiero que la Real Academia contemple de nuevo esta palabra, que estuvo en su momento.  Todo eso se transformó  en los guarnicioneros y talabarteros.

Mi padre fue un trabajador nato, siempre dedicado a su oficio. Vivimos en la calle Marzo, donde yo nací, después en calle la Cruz, donde montó su taller y elaboró miles de fundas y es donde hacía los cintos. En ese proceso de investigación, pensaba que había otros corrioneros o guarnicioneros, encargados de proporcionar los cintos a los vendedores, a los cuchilleros, pero el resultado es que, todo lo que he visto lo hizo mi padre. Mi padre era el que hacía los cintos en Albacete. 

¿Su diseño?

Mi padre participó en esa seña de identidad que es la cuchillería, en esa historia maravillosa de los vendedores de cinto. Tiene su propia evolución en la elaboración, pues Miguel Verdejo y él diseñan el cinto, pero como vieron que el peso era perjudicial para los vendedores, hacen  el de dos correos, porque pensemos que llevaban entre 20 y 25 kilogramos en eses cintos.  

¿En qué año se retiró?

Los cintos aparecen sobre los años 20 del siglo pasado. Mi padre se incorpora al proceso de fabricación a partir de los años 40. En concreto al Bocha el primer cinto se lo hace en 1947 y al Fati, sobre 1950. Todos tienen el mismo diseño y color de la lona. Él se jubiló en 1977 y falleció en 1991 y, el último que yo vi en casa fue en 1989, que es propiedad de Julián Núñez, hermano de Amós. El diseño de estos cintos, que parece simple, es también muy complejo y, partiendo de sus diseños, he llegado a fabricar seis cintos, porque, de alguna manera, este libro ha hecho que la memoria se active,  prácticamente hasta los 10 años estuve en el taller de mi padre y veía como hacía las cosas. Utilizando el cinto de Julián como modelo, descubrimos su sistema, que es muy peculiar.  

Fue el último corrionero.

Al menos de la provincia de Albacete, aunque todavía había guarnicioneros. Pero que hiciera cintos y fundas, fue el último, sobre todo esos cintos de los vendedores.