"El ser humano comete los mismos errores una y otra vez"

M.Albilla (SPC)
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"El ser humano comete los mismos errores una y otra vez" - Foto: Quique García

Paloma Sánchez-Garnica se mueve con soltura por la Historia y lo ha vuelto a demostrar con Últimos días en Berlín, la novela con la que ha logrado quedar finalista del Premio Planeta 2021 adentrándose en los movimientos totalitarios con los que Stalin y Hitler sembraron el terror a principios del siglo XX.

Se ha quedado a las puertas del millón de euros...

En el futuro nadie sabe... Esa puerta se puede volver a abrir o se pueden abrir otras muchas... Después de lo mal que lo hemos pasado, de la gente que se ha quedado por el camino, nos debemos a nosotros mismos celebrar los instantes que la vida nos brinda y este es un momento para celebrar. Que me he quedado ahí, sí... Cuatro y tres votos... ya se lo he dicho a Carmen Mola, ya...

Últimos días en Berlín vuelve a hitos de la historia contemporánea hilados por el arte de la palabra.

Me gusta entender una época concreta desde el punto de vista de la literatura. Svetlana Aleksiévich decía que la historia trata los hechos y la literatura los sentimientos y a mí me agrada ese concepto; en un espacio concreto colocar a personajes cotidianos, las historias del día a día de la gente normal, para ver cómo gestionan sus pasiones, sus sueños o sus amarguras bajo unas leyes o principios morales que cambian con el tiempo.

El protagonista, Yuri Santacruz, se mueve entre las aguas de los movimientos totalitarios de la Rusia estalinista y el Berlín de Adolf Hitler dejando atrás su vida y su familia. Quizá no hayamos cambiado tanto...

Yuri es ruso, de padre español, pero la revolución le arranca la vida. Logra salir del entonces Petrogrado dejando atrás a su madre y a su hermano y recala en Berlín. Para él se convierte en una obsesión ir a buscar a su familia y cree que el camino es la capital alemana. Allí se topará con el fanatismo, ese odio al judío...

El peligro siempre existe. No deberíamos bajar la guardia pensando en que a nosotros no nos pueden ocurrir los males del pasado. Como dijo Primo Levi, ocurrió y puede volver a ocurrir. Aquellas tragedias, con diferentes formas, con diferentes métodos, de diferentes modos, pero con los mismos resultados pueden volver a suceder. El ser humano comete los mismos errores una y otra vez.

El totalitarismo es siempre una amenaza independientemente de la ideología que esté detrás.

Absolutamente. Yo estoy en la línea de Hannah Arendt, que consideraba que totalitarismos eran el estalinismo y el nazismo, aunque claro que los demás tienen connotaciones, por supuesto.

Tanto Stalin como Hitler lo primero que hicieron fue perseguir y someter a los escritores, a los poetas y a los periodistas con criterio propio. No quieren que la sociedad tenga criterio. Quieren una sociedad manipulable que no pueda plantar cara al poder.

Aunque intrincada en la historia, estamos hablando de una novela, y como es habitual en las suyas, hay una intensa historia de amor...

Sí, hay un triángulo amoroso de un hombre con dos mujeres. Yuri se enamora apasionadamente de Claudia, una nazi convencida y casada con comandante de las SS, pero se alejan el uno del otro para protegerse y aparece otra mujer, que es Krista, que es todo lo contrario a Claudia. Alemana, médico, contraria a la doctrina nazi... Representa a esa parte de la sociedad que no estaba de acuerdo con lo que pasaba, pero que se sentía impotente.

La trama está cuajada de esos luchadores contra el tiempo que les ha tocado vivir.

Sí, es una supervivencia que se basa en el sentido de la vida del amor y la amistad. Un afán de sobrevivir aferrados a los sentimientos. Esta es una novela con mucho amor en todos los sentidos.

ARCHIVADO EN: Literatura, Premio Planeta