El Centro Base valora al día a 50 usuarios con discapacidad

T.R
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Resolvió más de un millar de expedientes en el confinamiento por vía telemática y ahora aplica un procedimiento mixto

Un profesional del equipo de valoración durante una visita presencial. - Foto: Rubén Serrallé

A pesar de los meses que el Centro Base de Valoración de la Discapacidad de la capital estuvo cerrado a las visitas presenciales, los profesionales de este recurso dependiente de la Delegación Provincial  de Bienestar Social, resolvieron  más de un millar de expedientes gracias a la dotación por parte de la Junta de Comunidades del visor clínico que permitió la realización de valoraciones por vía telemática.

Tampoco la actividad del centro bajó por la pandemia, ya que en lo que llevamos de año son ya más de 4.300 las solicitudes de valoración de discapacidad registradas y en vías de tramitación en el Centro Base. A diario los tres equipos de valoración atienden a a unos 50 usuarios, en presencial y telemática.

Atender las necesidades de la población más vulnerable que estaba a la espera de una valoración de discapacidad en los momentos más difíciles de la pandemia del coronavirus cuando el estado de alarma nos confinó y recluyó a la inmensa mayoría de los ciudadanos fue el objetivo de los profesionales que trabajan en el Centro Base de Valoración de la Discapacidad, dependiente de la Delegación Provincial de Bienestar Social.

Para ello, el manual de funcionamiento de este centro, bajo la dirección de Rafael García Milla, ha ido cambiando a lo largo de estos meses de crisis sanitaria y se ha ido adaptando a este esfuerzo creativo para atender los nuevos retos que la situación planteaba y de esta forma dar respuesta a las necesidades de la población.

Con el fin de no dejar desatendida a la población y que el trato humano fuera impecable desde el minuto cero del estado de alarma los esfuerzos se centraron en tener atendida la centralita telefónica, y también la vía telemática, mediante un correo electrónico, para llegar a las personas que demandaran la atención de este servicio, ofreciendo en todo momento la información oportuna ante la incertidumbre del momento.

«Como nosotros tenemos citaciones adelantadas en dos meses, había 600 personas ya citadas cuando se decretó el estado de alarma, y una a una fuimos llamándolas por teléfono para que no se preocuparan y para emplazarles de nuevo a sus citas cuando la situación se normalizara y lo hiciera posible; de esta forma se hizo un esfuerzo por humanizar la situación», señaló el director del Centro Base.

El período de confinamiento también posibilitó al personal del centro empezar a ejecutar un plan de mejora del servicio para reducir la lista de espera e informar correctamente a las asociaciones de pacientes, con el fin de que éstas a su vez pudieran a partir de ese momento asesorar correctamente a sus asociados de lo que implica contar con una valoración de discapacidad, no creando de esta forma a los posibles beneficiarios falsas expectativas.

Un plan, que según el director del Centro Base, permitió estudiar de forma pormenorizada a la gente que estaba en lista de espera, «y conocer así qué posibilidades había de valorar de forma no presencial a los solicitantes». Para ello, la Junta de Comunidades facilitó una herramienta informática, el visor clínico, que abrió una serie de posibilidades infinitas, al permitir la valoración telemática, una vez las personas que lo habían demandado dieron su consentimiento para ello.

De esta forma, desde el 13 de marzo que el Centro Base cerró sus puertas al público hasta el 26 de abril que se volvió a abrir se resolvieron 1.085 expedientes de valoración de discapacidad, priorizando entre los usuarios que más necesidades tenían.

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