Socovos: la historia de un reino y sus tradiciones

Ana Martínez
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Socovos reclama la creación de un pequeño polígono para incentivar la llegada de nuevas empresas con las que crear empleo y no perder población

Juan Miguel Sánchez y María Fernández, vecinos de Socovos. - Foto: Rubén Serrallé

Vivió durante muchos años del cultivo del arroz con denominación de origen Calasparra. Junto a Férez, hoy pierde ocho millones de euros anuales al eliminarles unos derechos de regadíos que no han sido compensados por los daños indirectos causados. En mitad del siglo XX, Socovos estaba habitado por casi 4.000 habitantes. Hoy apenas llegan a los 1.800 y se mantiene gracias al cultivo del almendro y del olivar, a las granjas de cerdos y a sus 140 autónomos. Socovos fue tierra de reyes, concretamente de Ibn Hamusk, señor de Segura, uno de los mejores guerreros del al-Ándalus, que en el año 1144 se declaró en rebeldía contra los almorávides. Territorio perteneciente a la antigua Taifa de Murcia, pasó a ser dominio de la Corona de Castilla en virtud del Tratado de Alcaraz en 1243, de mano del infante don Alfonso, el futuro Alfonso X el Sabio, pasando Socovos a formar parte del Reino de Murcia. 

En la actualidad, Socovos cuenta con dos poderosas pedanías: Tazona y Los Olmos, junto con Cañada Buendía y El Cañar, núcleos urbanos que en su conjunto vienen reclamando la creación de un pequeño polígono industrial para incentivar la llegada de nuevas empresas con las que crear empleo y evitar la pérdida de población: «La vega del Cenajo ha sido muy importante para nosotros, al menos 600 familias que vivían de los arrozales, de una calidad superior, tuvieron que marcharse», explica María Fernández López, presidenta del Hogar del Pensionistas, mientras camina junto Juan Miguel Sánchez Hervás, archivero y agente de desarrollo local de Socovos, hacia la plaza de la Feria, en cuyo lateral  se diseñó un completo mural de Víctor Draco, asesorado por el propio Juan Miguel y apoyado por fotografías del vecindario, que recoge la historia y tradiciones de esta localidad de la Sierra del Segura, desde los níscalos hasta las migas del carnaval, una fiesta que acumula más de 200 años de tradición, así como las milenarias luminarias. «Socovos fue el principal productos de romero del mundo en el siglo XX», recuerda Juan Miguel, que lamenta que ahora haya que darse de alta en la Seguridad Social como autónomo para ser recolectado, lo que está provocando su pérdida.

En dicho mural aparece también las antiguas fábricas de papel y velas, la carrasca del Madroño, considerada la más grande sl sureste de España, junto con el Olivo del Cabezo, que puede acumular unos 1.700 años y el nombre de Socovos, que significa Bajo los cabezos portificados.

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