Cuántas veces nos hemos encontrado como el eunuco cuando va camino de Damasco leyendo las Sagradas Escrituras y le pregunta a San Felipe: «¿Cómo voy a entenderlo si nadie me lo explica?»
Nuestra Santa Iglesia Catedral cuenta desde hace algo más de siete años con un grupo de guías para dar a conocer a Aquél que es invisible ante los ojos de la gente. «Nuestra labor es hacer hablar a las piedras y nuestro servicio es gratuito», indica la gúía Juan María Arenas.
«Es muy triste que no conozcamos nuestra propia historia, venimos a la Catedral, pero no pasamos de admirar sus columnas y sus pinturas, no profundizamos en su historia y eso es muy triste porque somos capaces de viajar a lugares lejanos y aprender de otras partes del mundo, pero en cambio nuestras raíces las desconocemos», añade.
A continuación indica que «debemos de cuidar, de regar esas raíces, porque si no las cuidamos se secarán y perderán para siempre y nuestros descendientes ignorarán la historia de su propia tierra natal».
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