Almagro tiene el corral de comedias, Mérida tiene el teatro y foro romanos y Chinchilla tiene toda Chinchilla, un gran casco urbano medieval lleno de vida y de tradición como una gran tramoya de piedra en la que se apoya su  Festival de Teatro Clásico, que este mes celebra su edición número 25.

El acto de presentación del Festival tuvo lugar ayer en el Claustro de Santo Domingo, donde se celebrará la gran mayoría de las representaciones a lo largo de 10 días con un aforo limitado al 75% de su capacidad para garantizar la seguridad de todos los asistentes.

«A pesar de las limitaciones, hemos querido recuperar parte de la esencia del primer festival», explicaba ayer la concejal de Cultura, Silvia Abellán, «con compañías que estuvieron en aquella ocasión, como Teatro Corsario y también con espectáculos de calle y de danza».

Como es habitual, la columna vertebral del programa la compone un auténtico aluvión de clásicos: Lope de Vega, Calderón de la Barca, Fernando de Rojas, Cervantes y un guiño al otro gran teatro clásico de la época venido de Albión, el isabelino, con La Tempestad, obra del bardo Shakespeare.

Pero, sin ánimo de hacer de menos a otros festivales, Abellán quiso destacar el ingrediente que otros no pueden ofrecer «pues se trata de la ciudad medieval, es la mejor esceografía posible para un festival de estas características, que atrae público de toda la provincia y de las regiones que nos rodean».

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