En la mañana de ayer una veintena de agricultores estaban citados para certificar la producción obtenida en la presente campaña por parte de los responsables del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegido (DOP) Azafrán de La Mancha. En un aula de la Casa de la Cultura de Tobarra los productores adheridos y citados de la zona de influencia pudieron certificar la cantidad producida en la  cosecha del presente ejercicio. El azafrán portado en sacos de tela y plástico, se vierten en bolsas de la propia DOP,  que se precintan con la contraetiqueta numerada «que garantiza que el producto cuenta con la calidad que exige el Consejo Regulador y que hará posible que los compradores lo adquieran sabiendo que se trata de un auténtico azafrán de La Mancha». Esta certificación, explican a La Tribuna de Albacete varios agricultores, «garantiza que podamos comercializar nuestro azafrán, ya que en estos tiempos prácticamente es imposible poder vender el que no cuenta con las etiquetas de la DOP, o hacerlo a unos precios ridículos, muy por debajo del coste de producción, que cada año es más elevado, aunque los precios no llevan la misma progresión».

Cumplen los requisitos. En definitiva, la contraetiqueta numerada de la DO de Azafrán de la Mancha «garantiza que los azafranes cumplen todos los requisitos establecidos y es la única forma de evitar que se de gato por liebre a los consumidores, perjudicando a los agricultores que cumplen con las normas de calidad que exige la denominación de origen».  El azafrán amparado por esta figura de calidad, la DOP Azafrán de La Mancha, «es la única especia de esta naturaleza que dispone a nivel nacional de este reconocimiento de calidad». La provincia de Albacete cuenta con un total de 57,23 Hectáreas, que producen algo más de 317 kilogramos.

En la localidad se ha reducido el número de productores. En Tobarra se ha reducido considerablemente, en los últimos años, tanto el número de hectáreas como el de productores, según explica Feliciano Martínez, adherido a la DOP, «principalmente porque los gastos siempre han ido hacia arriba mientras que el precio no». En los últimos tiempos se han perdido varias hectáreas y sólo quedan unos cuantos productores y pocas familias, cuando en la década anterior se contabilizaban una cuarentena de cultivadores de este importante producto agrícola que necesita frío continuado e intenso en los meses de invierno. 

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