David Palanca Gómez abre mañana, en el Teatro Circo, a las 19,30 horas, el programa de la integral de Partitas de Juan Sebastian Bach para clave. El concertista y docente comentó a La Tribuna de Albacete que el programa «supone un reto, una motivación y una satisfacción, participar en un ciclo así, que no se programa mucho y que es una oportunidad estupenda para el público, que podrá escuchar el conjunto de Partitas».
Para el reparto en dos conciertos, apuntó el clavecinista, «nos pusimos de acuerdo entre los tres intérpretes, eligiendo las que más nos gustaban, sin problemas, fue muy sencillo. Cuando Andrés Alberto Gómez me llamó para hacerlo, le comenté que estaba encantado, elegí las dos primeras, pero cualquiera habría estado muy bien».
Las dos Partitas, dijo David Palanca, «son excepcionales, una demostración yo diría de habilidades al teclado de Bach, de ejercicios para clave, grandes piezas que, como en casi todas de Bach, contienen elementos didácticos. Entonces es un despliegue de habilidades y recursos al clave, con elementos característicos de una improvisación».
David Palanca advirtió que es complicado decantarse por una de las dos Partitas que interpretará, «porque son muy distintas, aunque se parezcan, en cada danza, movimiento, tienen elementos distintos, pero acaso la segunda, sin pensarlo mucho, me tira más, pero tampoco es que la primera me guste menos».
Todas ellas, decía el clavecinista, «son distintas, las compuso en momentos distintos de su vida, entre 1725 y 1730 o 1731, pero cada una tiene su propia personalidad y más que personalidad, vemos rasgos distintos en cada una de ellas, con diversos estilos, ingredientes y sentimientos, claro los elementos técnicos son distintos también, es una manera que Bach utilizaba, creo, para enseñar qué se podía hacer con un clave».
Aunque las obras están muy estudiadas, decía David Palanca, la propia interpretación «te da margen, no tenemos que limitarnos a tocar la partitura, hay que ir viendo qué se puede hacer con lo que tenemos en el papel y, de alguna manera, al sacarlo de esa partitura y transformarlo en sonido para el público, ya da lugar a la creatividad, de alguna forma una improvisación obligada, porque hay que respetar la partitura. Luego, siempre quedan las ornamentaciones que tenemos que hacer con criterio histórico, pero también al gusto del intérprete, y dentro de las Partitas hay varias ediciones, algunas, bastante curiosas y sí hay ciertos recursos que tienen que ver con la improvisación».
David Palanca reconocía que no es «necesariamente» un clavecinista demasiado sobrio, «siempre hay que ser respetuoso, por supuesto, pero me gusta divertirme, de eso se trata, también hay que dejar tu visión personal cuando estás tocando e interpretas a tu manera. Si soy o no sobrio, lo tiene que decidir el público».
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