El Albacete volvió a ser un equipo de fútbol, seguramente porque reencontrarse con el gol dio una confianza perdida en las últimas jornadas. El equipo de Alejadro Meméndez salió muy intenso y, sin demasiadas alegrías, mantuvo bien el tipo y en el minuto 33 basculó bien la pelota hasta la banda izquierda, donde Caballo sacó un gran centro al punto de penalti donde apareció Diamanka libre de marca para lograr un gol que rompía una sequía de casi 600 minutos sin anotar entre Liga y Copa.

Empezó a apretar el Mirandés, pero en una contra Ortuño metía un pase magistral para Álvaro Peña, que confirmaba el buen partido que estaba realizando con una magnífica finalizaión. El Alba se ponía 0-2 con ventaja, ver para creer.

A punto incluso estuvo de hacer el tercero nada más sacar de centro el Mirandés y perder la pelota, pero el marcador ya no se movió, después de que en la segunda parte el equipo burgalés lo intentase de todas las maneras pero ahí se encontró con un Albacete crecido por el resultado favorable y que defendió con orden y sin esos errores que tanto daño han estado haciendo en los últimos meses.

El Alba volvió a ganar dos meses después de su última victoria y se va de vacaciones de Navidad agarrado al hilo de esperanza que otorga un buen resultado, pero todavía colista a cinco puntos de la zona de permanencia.