Annus horribilis

C. Guzmán
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El Albacete Balompié vuelve a cerrar un año natural con una sensación de decadencia y pérdida de crédito a todos los niveles

George Kabchi, presidente del Albacete (izquierda), en una imagen de archivo. - Foto: José Miguel Esparcia.

El año 2020 pasará a los anales del Albacete Balompié como uno de los peores de su ya longeva historia, no tanto por la pérdida de categoría que no ha llegado a consumarse, al menos por ahora, como por la serie de despropósitos de Skyline, la sociedad que rige sus destinos.

Dos elementos básicos definieron el devenir del Albacete en los últimos 12 meses: la gestión deportiva y la pandemia. La segunda, común a todos los demás, sirvió en algunas ocasiones para intentar camuflar la primera cuando las críticas arreciaban y arrecian en el club con el décimo límite salarial de la categoría.

En enero, las cosas iban de mal en peor. El regusto agradable de la campaña anterior, en contraste con el evidente empeoramiento en la calidad de la plantilla, obró a modo de boomerang. Luis Miguel Ramis, objeto de los dardos de los aficionados, intentó dar respuesta a un imposible. El técnico y sus colaboradores cerraron a cal y canto la Ciudad Deportiva e incluso se negaron a facilitar la lista de convocados en los desplazamientos en una medida prácticamente insólita en la categoría, pero no pudieron evitar la percepción de lo evidente, mientras el director deportivo se afanaba en apagar el fuego que él mismo, o sus superiores, habían creado. Más cambios en la plantilla, nuevas promesas, abundantes cortinas de humo, hasta aplicarse en el típico cortafuegos de la destitución del entrenador a primeros de febrero. El Albacete, cuarto por la cola, se encontraba empatado a puntos con sus predecesores y a una victoria del decimocuarto, pero las redes sociales sembraron el pánico.

Lucas Alcaraz fue el elegido para intentar sacar a flote un equipo permanentemente sacudido por los cambios y carente de alma. Curtido en mil batallas y con transparente naturalidad, la reacción de los futbolistas se concretó en encadenar numerosos empates y victorias ocasionales que, aun frenando el desplome, no se antojaban suficientes para recuperar el terreno perdido. Y en esas llegó la pandemia con el Albacete quinto por la cola, empatado a puntos con su perseguidor más inmediato. Es decir, en un trance similar al que provocó la caída de Ramis.

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