«Los animeros usaban la música para pedir»

A.D
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Julio Guillén presentó su primer libro, Los animeros de Caravaca. Tradición musical y revitalización de las cuadrillas del sureste español. El etnomusicólogo, músico y escritor comentó a La Tribuna de Albacete distintos aspectos de esta obra.

Julio Guillén. - Foto: Arturo Pérez

¿Qué es un animero?

La tradición de los animeros surge en el siglo XVI en el sudeste español. Los animeros usaban la música para pedir limosna para las ánimas benditas. En su origen eran hermandades que estaban dedicadas a la Virgen del Carmen y pedían limosna para las ánimas del purgatorio, para que pudiesen subir al cielo. A alguien se le debió ocurrir que era una buena idea contratar músicos para pedir y también para tocar en misa. Desde el siglo XVI, más o menos, en el sudeste y hasta principios del siglo XX era una tradición que estaba en casi todas las poblaciones de esa zona, de las provincias de Murcia, Albacete, Jaén, sobre todo. 

¿Por qué un libro sobre los animeros de Caravaca?

La verdad es que cuando pensé en el Doctorado no tenía claro de qué hacer mi tesis, pero sí quería que fuese sobre algo de cuadrillas, un mundo que me interesaba mucho. Conocí a los animeros de Caravaca hace unos 12 años y me di cuenta que, seguramente era una de las cuadrillas más importantes de todo el Sudeste. 

Fue el primer colectivo que se rescató a finales de los años 70, porque estaban muy decaídos en la mayoría de las poblaciones, incluso en la Sierra del Segura estaban en muy malas condiciones. Por otro lado, tienen un patrimonio musical muy amplio, por sus instrumentos, que son muy valiosos, y por su repertorio que tienen muchas piezas, muy variadas. 

¿Cuándo hizo esa tesis?

La hice en la Universidad de Valladolid y la defendí en 2012, con dirección de Enrique Cámara. Empecé a estudiar Humanidades en Albacete y luego pase a Historia y Ciencias de la Música en Salamanca;acabé y decidí ir a Valladolid a hacer esa tesis.

Uno me mis objetivos era que ese estudio lo pudiese leer y disfrutar todo el que quisiese, que no quedase en una estantería. 

Un libro que está unido a una parte de sus intereses, porque usted es músico tradicional, pero no exclusivamente. 

Mi otro 50 por ciento es el jazz y la música negra. En la música tradicional soy guitarrista y en el jazz , pianista, porque además, son dos mundos a veces difíciles de mezclar. 

¿No mezclan bien música tradicional y jazz?

Se hacen experimentos, mezclas y algunas han funcionado muy bien, pero a veces pienso que si el resultado no es muy llamativo, lo mejor es dejar las cosas como están, aunque igual viene otra persona que encuentra una ventana y algo interesante. Yo hablo sobre todo de esta zona, de la música de aquí, La Mancha, Albacete, Murcia, con la que me resulta difícil encontrar una fusión convincente. 

¿Fue muy complicado este proyecto?

Sí, escribir es un trabajo muy solitario y como es un trabajo científico, necesitas hacer muchas consultas, entrevistas y escuchar muchas grabaciones, para hilar un relato donde esté el resultado de esta investigación, para que el libro sea un todo. 

¿Tienen conexiones esta músicas con las nuestras?

Sobre todo con la música de la Sierra del Segura, tienen una conexión total. Nerpio y Yeste son municipios que también tienen la tradición de los animeros. Es la misma tradición y entre Nerpio y Caravaca hay una gran conexión musical.