Los talleres, preocupados ante el coche eléctrico

E.R.J.
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La Asociación Provincial defiende que «antes» han de adaptarse al «acceso a la información técnica»

Los talleres, preocupados ante el coche eléctrico - Foto: Reyes MartÁ­nez

La irrupción del coche eléctrico en el parque automovilístico es un hecho, ahora bien, no tendrá los mismos efectos si esta incorporación se hace de forma paulatina y progresiva o abrupta. 

Lo cierto es que el terreno se ha convertido poco más que en arenas movedizas, tras el anuncio del Gobierno que ahora da sus últimos coletazos de, por un lado, poner un impuesto al diésel y, por otro, poner fecha tope a estos vehículos, primero, y a los de gasolina, una década más tarde.

La consecuencia directa ha sido la duda que ha surgido entre sectores que se verán directamente afectados. No sólo el de la fabricación automovilística, sino también el de  talleres de reparación. «No podemos obviar que estamos preocupados, porque una obligación de cambiar del modelo actual al del coche eléctrico en un corto espacio temporal nos puede suponer un gasto extra, una inversión importante que igual no todos los empresarios pueden afrontar de la misma manera», apunta el presidente de la Asociación Provincial (Apetreva), Antonio Atiénzar.

Según Atiénzar, los motores eléctricos requerirán de una maquinaria específica, distinta a la que ahora disponen estos establecimientos, y habrá que renovarla.

«No decimos que estemos en contra de este modelo, lo que decimos es que la incorporación del vehículo eléctrico debe ser progresiva», insiste el presidente de esta organización integrada en FEDA.

lo inmediato. Atiénzar defiende que «hay que adaptarse a los tiempos» y que hay que hacerlo paso a paso. «Lo que nos toca ahora, y para lo que nos estamos preparando los talleres, es para poder dar una respuesta a la conectividad de la información técnica». Los vehículos que ahora salen de las fábricas y concesionarios van ataviados con sistemas de navegación de último modelo, carga de teléfonos móviles vía bluetooth o dispositivos con acceso a las redes sociales.

Un mundo nuevo que, a este sector, ni se le pasaba por la cabeza hace una década tener que hacerle frente, ni solventar las posibles averías, que por supuesto ocurren, con diligencia y preparación.

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