«Para cualquier equipo de Segunda el objetivo es mantenerse»

Juan Carrizo
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Lucas Alcaraz renovó con el Albacete Balompié y el técnico granadino repasó para este diario lo que fue lograr la permanencia y sus expectativas de futuro con el clb manchego

Lucas Alcaraz sujeta una foto del Carlos Belmonte lleno durante una entrevista realizada antes del confinamiento. - Foto: José Miguel Esparcia

Lucas Alcaraz se ganó la renovación al conseguir la permanencia tras una temporada complicada por diferentes motivos. El técnico granadino supo sacar rendimiento a jugadores que estaban pasando desapercibidos y manejó con habilidad sus recursos tras la vuelta a la competición, logrando los puntos suficientes para evitar el descenso.

¿Cuándo le planteó el club la posibilidad de renovar?

Formalmente lo hizo los dos o tres días después de terminar la liga.

¿Y cuál fue la motivación de unos y otros para sellarla?

Siempre ha habido una muy buena sintonía. Habíamos trabajado con bastante química, con muy buena relación y en el club pensaban que con las vicisitudes económicas, con las dificultades que se habían vivido y se vivirán, la continuidad podía ser positiva para el club y yo en mi caso pensaba igual, pues estaba bastante cómodo e ilusionado con la posibilidad de seguir.

Llegó al Albacete en febrero y se encadenaron una serie de partidos sin perder que en cierto modo enderezaban la situación, pero al final, el descenso estuvo muy cerca.

Si nos paramos a pensar en las últimas 10 jornadas, creo que fuimos el cuarto equipo que más puntos hizo, lo que demuestra que no ha sido fácil. Ha habido muchos años de salvarse con 47 y 48 puntos y nosotros hemos necesitado 52. Creo que los jugadores, tras el confinamiento, demostraron mucha profesionalidad y supieron aguantar la presión de que cada partido fuera una final. Para nosotros, cada partido era como el último, quizás ese ha sido el éxito del equipo.

Ese final de liga, con partidos cada tres días y la situación en la tabla, tuvo que generar mucho estrés.

Fue todo muy intenso. A los entrenadores nos supuso  un ejercicio extra. Cuando juegas cada semana vas partido a partido, pero ahora hemos tenido que pensar en el partido y en el próximo, y dentro del partido con qué equipo empezábamos y con cual terminábamos, porque había cinco cambios y jugadores que, al jugar tan comprimido, no aguantaban bien en el final del partido. El estrés para el banquillo ha sido bastante importante.

Al finalizar el partido en Cádiz se vio a Lucas Alcaraz desplomarse en el banquillo y suspirar.

Fue un partido de mucha tensión y además hacía un aire terrible y no se podían precisar bien las entregas, sobre todo para nosotros que tratábamos de jugar muchos balones largos. Hubo mucho sufrimiento. Sabíamos que no nos valía el empate, se descendía con 50 puntos. Veníamos de ganar 4-1 al Zaragoza, un resultado espectacular, pero aún así no te valía. Ganar fue una liberación porque ya no había que mirar ningún resultado.

¿Cuál fue la clave para lograr el objetivo?

Hubo varias claves. Por un lado, la capacidad de los jugadores para competir cada tres días ha sido importante, de hecho ahí está los resultados, que ha sido muy buenos después del confinamiento. El hecho de haber utilizado a mucha gente nos permitió llegar con mucha gente, con muchas opciones disponibles a los últimos partidos y en ese sentido hemos recurrido a todos los jugadores de la plantilla y todos, de una forma u otra, nos han ayudado.

Alcaraz supo darle vida a jugadores cuyo rendimiento no estaba siendo el esperado, ¿cuál fue el secreto?

Yo creo que hay que adaptarse a las características de los jugadores y generarles un contexto donde ellos se puedan adaptar al colectivo. De alguna manera, para que ellos se puedan adaptar al equipo hay que generarles un contexto que potencie sus virtudes y tape su defectos. El equipo se ha ido adaptando a diferente tipo de jugadores y aparte hay que valorar la predisposición de estos jugadores para ayudar al rendimiento colectivo.

En la última jornada se produjo la suspensión del Deportivo-Fuenlabrada y el no suspender el resto de partidos ha supuesto un lío que todavía no se ha resuelto. ¿Cómo valora Alcaraz la situación? ¿Piensa que se tuvo que suspender la jornada entera?

Es un puzle difícil de resolver porque ahora hay una pelea legal. Para nosotros la tensión fue la misma que si hubiera jugado el Depor, porque en el minuto 86 estábamos en Segunda B, por lo que no se puede decir que nos beneficiáramos de nada, nosotros resolvimos nuestra situación deportivamente. Ahora mismo, se tome la decisión que se tome, no todo el mundo quedará contento. Alguien se sentirá perjudicado o intentará sacar beneficio de los resquicios legales. Ahora es fácil hablar, pero lo difícil era saber lo que había que haber hecho en ese momento.

Si una liga de 22 se hace muy larga, una de 24…

Bueno… si algo trajo el post confinamiento es que pudimos adaptarnos a todo, a jugar cada tres días, jugar sin público, viajar en el día. Está claro que nos adaptaríamos, pero el mayor perjuicio, más que en lo deportivo, sería en lo económico. Los clubes han perdido dinero con el tema del confinamiento, con los partidos a puerta cerrada y si ahora también toca perder en el reparto televisivo van a ser ya muchas pérdidas.

 

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