La Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) no sólo fue demasiado para los cauces, ramblas, torrentes y acequias de la Cuenca del Seguras. También desbordó los plazos con los que trabaja la Confederación Hidrográfica, cuyos servicios técnicos no han podido incluir sus efectos en los mapas de peligrosidad de riesgo por inundación.

Así lo reconoció ayer el presidente del Organismo de Cuenca, Mario Urrea, tras la celebración en la sede de la CHSdel Comité de Autoridades Competentes, que tenía dos puntos en el orden del día: la actualización de los Mapas de Peligrosidad y Riesgo de Inundación y el Esquema provisional de Temas Importantes (ETI)del nuevo ciclo de planificación hidrológica.

Por lo común, la revisión de los planes y mapas de riesgo de inundación recibe menos atención mediática que todo lo relacionado con la revisión del Plan Hidrológico. Pero el paso de la DANA en septiembre, más el efecto de varias borrascas como Elsa o Gloria, hizo que esta vez el interés fuese otro.

«Los mapas incluirán las afecciones de las infraestructuras realizadas en los últimos seis años, como autovías o líneas férreas», señaló, así como «el efecto de las lluvias de los años 2012, 2016 y 2018, pero no se incluyen los efectos de la DANA de septiembre, se incluirán en la próxima revisión».

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