Alexis Weissenberg, un gran talento artístico que perdura

Antonio Soria
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Consciente la familia de los peligros a los que se enfrentaban los judíos en la Europa oriental, él y su madre intentaron huir de Bulgaria hacia Turquía, pero fueron capturados y encarcelados en un campo de concentración nazi

Alexis Weissenberg, un gran talento artístico que perdura

El pianista de origen búlgaro Alexis Weissenberg falleció el 8 de enero de 2021, a los 82 años, tras sufrir durante más de una década la enfermedad de Parkinson (contaba The Guardian entre tantos medios de comunicación en el mundo con motivo de su muerte), en Lugano (Suiza). 

En ese mismo país, donde también residía, el músico había fundado la Alexis Weissenberg’s Piano Masters Class a las que tuve la fortuna de ser invitado por él tras escucharme largo y tendido durante un encuentro inolvidable. 

Fue en el coliseo Carlos III de El Escorial, entre los días 19 y 21 de julio de 1993, cuando el maestro iba a cumplir 64 años (nació el 26 de julio de 1929 en Sofía), y además de su excelente calidad en el trato, me llamó muchísimo la atención su excelente elocuencia hablando español. Y es que vivió durante cinco años en España, donde se casó y tuvo dos hijas. María, al cargo de su ingente archivo, hizo una magnífica ponencia en el II Congreso Internacional de Pedagogía e Investigación Performativa y Creatividad Musical que organiza la Fundación SOCA en la capital del Principado de Asturias.

Discípulo en su ciudad natal de Pantcho Vladigerov desde los tres años, animado por su madre, también pianista. La ocupación de las tropas alemanas en Bulgaria, le obligó a la familia a huir. Su infancia podría haber sido contada perfectamente en un guión de Hollywood. Consciente la familia de los peligros a los que se enfrentaban los judíos en la Europa oriental, él y su madre intentaron huir de Bulgaria hacia Turquía, pero fueron capturados y encarcelados en un campo de concentración nazi. Se salvó por un acordeón que le dio una tía. 

Un guardia alemán amante de la música le permitió tocar cada tarde y finalmente puso a los Weissenberg en un tren con destino a Estambul, lanzando el acordeón a través de una ventana abierta a su compartimiento mientras el tren se retiraba.

Para conocer el fenómeno Alexis Weissenberg basta con introducir su nombre en internet y aparecerán, en 0,4 segundos, más de 231.000 resultados. Lo que supuso encontrarlo es algo digno de recordar.

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