«Mi padre despertó mi vocación por la Historia»

S.R.
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Aurelio Pretel: «Estuve 38 años en el IES Andrés de Vandelvira en una etapa apasionante y de influencia en la sociedad albacetense»

El historiador Aurelio Pretel. - Foto: A.P.

Aúna en extraordinaria conjunción tareas muy nobles en la sociedad, pues ha dedicado gran parte de su vida a enseñar, a hallar a través de experimentadas y complejas investigaciones los hechos históricos que constituyen un legado cultural relevante en nuestra tierra, en la provincia. Es Aurelio Pretel Marín (Albacete, 27 de julio 1950), investigador riguroso, audaz y constante, centrado sobre todo y especialmente en la Historia. Fue profesor en el IES Andrés de Vandelvira y de Historia Medieval y Paleografía y diplomática en la UNED de Albacete y de la Facultad de Humanidades de la UCLM. Miembro correspondiente de la Real de la Historia y de la Sociedad de Estudios Medievales, fundador y director durante nueve años del Instituto de Estudios Albacetenses, cuya sección de Historia presidió hasta 2006.
«Mi vida escolar comenzó en El Salobre para luego desarrollarla en la Academia Cedes, donde mi padre, que era jefe de Estudios, despertó mi vocación por el estudio de la Historia. Tuve buenos profesores y un buen recuerdo de aquella etapa. Estudié la carrera de Historia en la Universidad de Murcia, una institución mediocre con profesorado inadecuado, salvo algunas excepciones como el profesor Torres Fontes, muy riguroso en la investigación, que fue quien me puso en el camino investigador iniciado con una transcripción de un documento de Alcaraz, que luego fue mi tesina. Mi estancia en Murcia no fue agradable, pues tuve algunas circunstancias problemáticas al no dejarme seguir allí por razones políticas, hasta el punto de que el decano de la Facultad me dijo que no volvería a poner los pies en esta Universidad al enfrentarme en clase con el profesor Rojas, que era subjefe provincial del Movimiento. Decidí venir a Albacete,  donde me salió un trabajo en la Escuela Normal gracias a su magnífica directora, Carmen Agulló. A los tres días me echaron con un telegrama por indicaciones del rectorado. No tenía una especial significación política, mis ideas eran de izquierdas, pero nada más, aunque me colgaron el sambenito de comunista, que dicho sea de paso nunca lo he sido ni lo seré. Me consideraban un elemento peligroso, según me dijeron también en la mili», afirmó Aurelio Pretel.

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