La biblioteca pública de Agramón acogió una charla sobre la historia del yacimiento de los Almadenes, por parte del equipo de investigación arqueológica de la Universidad de Alicante, encargado de los trabajos de investigación y con motivo de la apertura de la semana cultural de la pedanía. Según explica el arqueólogo y director del Museo de Semana Santa de Hellín, Pablo Cánovas, durante algo más de 90 minutos, «tanto la catedrática de arqueología de la Universidad de Alicante, Feliciana Sala, como los investigadores predoctorales Pascual Perdiguero, José Luís Martínez y Patricia Rosell, disertaron sobre algunos de los aspectos conocidos del yacimiento, así como de las incógnitas históricas que todavía restan por resolver». ubicación geográfica. Tras ubicar geográficamente el sitio, «realizaron un recorrido por las diferentes intervenciones efectuadas a lo largo de las casi últimas tres décadas, y de cómo las hipótesis y las certezas extraídas han ido evolucionando en todos estos años». Hay que recordar que las primeras excavaciones se realizaron entre 1993 y 1995. En esas primeras campañas «se descubrió el llamado Edificio 1, la primera de la veintena de construcciones que se observan en la superficie del asentamiento, donde se encontraron los rastros de un violento incendio que dejó los fragmentos in situ de numerosas ánforas y vasos contenedores, con un buen estado de conservación a causa del gran incendio forestal de la Sierra de Los Donceles de 2012, que eliminó la espesa cubierta vegetal de esparto de la zona y puso al descubierto un buen número de edificios no visibles hasta esa fecha», según explicó Feliciana Sala. Los trabajos de investigación se retomaron en 2014 centrándose en actualizar la planimetría general que había brotado de las llamas y en normalizar la documentación de las intervenciones anteriores y «con gran sorpresa» se descubrió una fortificación perimetral.  Los investigadores apuntan que, «con casi total seguridad la vida en el poblado estuvo relacionada con la presencia del único recurso aprovechable de la zona en aquella época, el azufre, ya que el yacimiento se encuentra en el centro mismo del coto minero de Hellín». Los trabajos arqueológicos se retomarán durante la primera quincena de septiembre.