Caen los precios de la tierra agraria

Vidal Maté
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En 2020 volvieron a bajar un 0,5% y actualmente son un 8% inferiores a los de 2007, año en el que se alcanzaron máximos históricos

Caen los precios de la tierra agraria

El Ministerio de Agricultura acaba de publicar los datos anuales sobre la evolución de los precios de la tierra para usos agrarios en base a una encuesta realizada con las comunidades autónomas. De acuerdo con esas cifras, en 2020 registraron un descenso de 0,5%, bajada que se añade al recorte de otro 0,3% el año anterior para situarse en una media de 10.124 euros por hectárea. Ese precio medio se halla lejos de los más de 11.070 euros de 2007, cuando jugaban al alza las expectativas sobre la PAC. En moneda constante, contando con la inflación, el precio medio en 2020 sería de 9.760 euros por hectárea, una cifra inferior a la registrada en 2016.

En un territorio donde domina un tipo de suelo, la evolución del precio de la tierra tendría un valor importante para analizar su comportamiento. Pero en un país como España, con tantos tipos de terrenos y de aprovechamientos, con precios que van desde los menos de 1000 euros de un secarral a los más de 200.000 euros de una superficie de invernadero, hablar de unos precios medios solo tiene, y no es poco, la importancia y el interés de reflejar una cierta tendencia a efectos informativos y orientativos, pero que no se pueden trasladar en ningún caso a las condiciones particulares de cada pueblo o comarca.

Con carácter general, los precios de la tierra para usos agrarios han estado y se mantienen condicionados por diferentes factores, como los pagos asignados por las ayudas directas de la PAC. En la pasada década los precios medios registraron una fuerte subida hasta la cifra récord de los 11.070 euros ante las negociaciones y posibilidad de cambios profundos en las ayudas comunitarias. Hoy, el precio de la tierra estaría igualmente condicionado por si tiene o no derechos de pago o por las ayudas previstas para cada tierra o cultivo y en función de la rentabilidad de cada producción, donde juegan un papel importante los mecanismos existentes para la regulación de los mercados para defender las cotizaciones. Pero además de esas condiciones generales, una hectárea de la misma calidad agronómica puede tener un valor muy diferente en función de la zona donde se ubique, de la demanda, del grado de incorporación de los jóvenes, de si existe una mayor tradición por la compra o el arrendamiento de la tierra o de si hay o no presión urbanística recalificadora.

De los grandes cultivos, las superficies para los cereales de secano registraron un incremento del 0,3% hasta una media de 7.100 euros por hectárea, mientras los regadíos solo lo hicieron un 0,1% hasta los 17.575 euros. Las superficies de viñedo para elaboración de vino tuvieron un descenso en los secanos del 1% hasta una media de 14.342 euros y las de regadío solo del 0,1%, hasta los 22.000 euros, en un sector con problemas de precios bajos en los mercados. En otro gran cultivo como el olivar, la hectárea para la producción de aceituna para almazara en secano bajó sus precios un 3,5% hasta los 20.262 euros y en regadío lo hacía un 2,3% hasta los 38.798 euros. En el caso del olivar cabe señalar que 2020 fue fin del ciclo de años con precios del aceite por debajo de los costes de producción hasta su recuperación en esta última campaña con un incremento desde octubre de más del 50%.

Entre las producciones a destacar por el comportamiento de los precios de la tierra cabe señalar las superficies de invernaderos para hortalizas con un incremento de los precios del 7,7% o del 4,1% en los cítricos, todo ello por sus ventas en el exterior.

Por comunidades autónomas, frente a ese precio medio de 10.124 euros hectárea, a la cabeza se halla Canarias por sus condiciones limitadas de superficie con una media de 79.000 euros, por el peso de las plataneras, pero también en una línea de ajuste. En unos precios medios de entre 19.000 y los 20.000 euros se hallan regiones como Andalucía, Murcia o la C. Valenciana, por el peso de los precios altos del sector hortofrutícola y los invernaderos. En posiciones intermedias de entre los 12.000 y los 15.000 euros por hectárea se hallan otras como Navarra, Rioja, País Vasco o Cataluña y en el entorno de los 10.000 euros, con el predominio de prados, Galicia, Asturias y Cantabria. Finalmente, en la parte más baja por el fuerte peso de tierras de secanos y pastizales se hallan Extremadura (4.400), Aragón (5.000), Castilla y León (5.900) o Castilla-La Mancha (6.500).

Una hectárea de secano para cultivo de cereales tiene un precio medio nacional de 7.100 euros, pero es de 15.000 en el País Vasco, de 13.908 en Navarra, de 11.600 en Andalucía, de 10.300 en Rioja, de 6.500 en Castilla y León, de 6.100 en Castilla La Mancha, de 4.000 en Aragón o de 3.900 en Extremadura. El precio medio para una hectárea de regadío dedicada al cultivo de cereales es 17.575 euros, pero oscila entre territorios, como ejemplifican los más de 36.000 euros en Murcia o más de 30.000 euros en la Comunidad Valenciana, los casi 29.000 de Andalucía, los 22.500 en La Rioja, 16.700 en Navarra, 12.900 de Castilla y León, 14.100 de Aragón o 15.600 en Extremadura, igual que en Castilla-La Mancha.

En la producción de uva para elaborar vino, el precio medio de una hectárea es de 14.342 euros, pero el abanico va desde los 49.000 euros en el País Vasco (Alava), 41.000 en Rioja, 32.000 en Galicia, 19.613 en Castilla y León con DO muy dispares en precios o los 13.369 en Navarra, a menos de 10.000 en Castilla La Mancha o Extremadura, 8,300 en la Comunidad Valenciana , 6.500 en Aragón, 5.500 en Murcia. Un olivar de secano tiene un precio medio de 20.262 euros, pero llega a los 27.732 euros en Andalucía. En la parte baja, los 9.000 en Castilla La Mancha, 7.500 euros en Extremadura a los menos de 5.000 en Aragón.

En las superficies de aprovechamiento de prados y pastos, el precio medio oficial es de solo 4.432 euros, pero las diferencias son abismales entre lo que es un pastizal de secano a un prado en la Cornisa. En ese contexto, el precio de un pastizal de secano en Murcia no llega a los 1.000 euros, tiene un precio de 1.450 euros en Aragón, mientras un prado en Galicia tiene un precio de más de 13,000 euros, supera los 10.000 en Asturias, casi llega a los 10.000 en Cantabria, aunque en todos los casos con un recorte que llega al 29% en Cantabria por los problemas de rentabilidad en la ganadería de vacuno de leche. En Castilla y León caen un 1,1% hasta una media de 3.216 euros mientras en Castilla-La Mancha suben un 4,6% hasta los 2.700 euros

En resumen, un precio para cada tierra y lugar.