Utilizar las redes sociales, Internet en general y aplicaciones específicas para mantener relaciones sentimentales o sexuales puede ser el primer paso hacia una situación nada agradable de extorsión y coacciones, donde el interesado o interesada acaba convertido en víctima de una trama delictiva que utiliza esos contactos para obtener información personal. No se trata de un tipo de delito con cifras de denuncias altas en la provincia albacetense, pero sí es un delito considerado «emergente» en el capítulo de cibercriminalidad, de ahí la alerta a los ciudadanos que hacía desde la Comisaría Provincial de Albacete el responsable del grupo de Delitos Tecnológicos, Ulises Quesada: «Lleva ya un tiempo que nos aparece, es uno de los delitos que más se ha asentado en el espectro de la cibercriminalidad, no extorsiones donde hay un ánimo sexual, sino coacciones donde el fin es el lucro».
Lo que las denuncias que llegan a la Comisaría hace ver es que en estas extorsiones el procedimiento que se está usando tiene que ver con «personas que entran en páginas de contactos personales, establecen contacto, generalmente usuarios que son mujeres que están relacionadas con el mundo de la prostitución o contactos íntimos», comentaba el funcionario policial. Ese contacto sostenido permite a quien está detrás de esos supuestos perfiles de mujeres acceder a los datos personales de la víctima, y después usarlos en su contra. Quesada añadía que «hacen ese trabajo de ingeniería social, durante un tiempo, y finalmente todo lo que averiguan de la víctima lo utilizan en su contra, exigen dinero, amenazan a veces con hacerle daño a él o a su familia».
Lo que los delincuentes tienen en su poder con esa relación fraudulenta tiene que ver con «todo lo que se ponga en los perfiles de redes sociales», indicó Quesada, que apuntaba además que «generalmente la víctima de estas extorsiones es un varón».
Lo que la Policía Nacional aconseja en estos casos es denunciar siempre, indicó el jefe del grupo de Delitos Tecnológicos: «Hay que resistir a la coacción, y poner la denuncia, es lo que la mayoría hacen». Eso sí, puede haber otros casos que no lleguen a oídos de la autoridad policial: «Supongo que una parte importante de gente que está siendo extorsionada no ha denunciado aún, pero al final el que es extorsionado, si paga, le piden más dinero y le siguen extorsionando, con lo cual también acaba denunciando, lógicamente». Las cifras de dinero que estas redes piden son altas y muy altas, de varios miles de euros.
DELITOS ESCLARECIDOS. Encontrar a quien está detrás de estos delitos lleva a veces a otros países, a lugares desde donde se puede operar merced a ese espacio sin fronteras que es Internet, pero no es el caso más habitual, explicaba Ulises Quesada, quien comentaba que «ya hemos hecho detenciones por estos hechos en España». El responsable del grupo de Delitos Tecnológicos aludía por ejemplo a los arrestos de antes de verano en Albacete, con víctimas en Castellón, y también en Toledo. Cuatro personas fueron arrestadas en esa intervención del Cuerpo Nacional de Policía, donde los supuestos extorsionadores publicaban anuncios en Internet ofreciendo encuentros de carácter sexual a las futuras víctimas, con quienes simulaban una «relación sincera» para después amenazarlas con difundir el encuentro sexual que habían mantenido si no pagaba una cantidad que rondaba los 15.000 euros. Los detenidos eran los titulares de los teléfonos móviles o cuentas bancarias utilizadas para amenazar o consumar las extorsiones, y en algunas ocasiones utilizaban seudónimos para identificarse ante las víctimas.
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