Unas donaciones que, sin embargo, han sido siempre bien recibidas por el Gobierno de Castilla-La Mancha, dirigido ahora en funciones por el socialista Emiliano García-Page, pero que seguirá gobernando cuatro años más tras la mayoría absoluta lograda en la última cita con las urnas. García-Page aseguró en campaña electoral que al empresario Amancio Ortega «no se le puede atacar» por el hecho de que haya firmado acuerdos para donar y ceder tecnología clave par detectar el cáncer en las mujeres, convencido de que «cuando el diablo no tiene qué hacer mata moscas con el rabo».

Los quince millones donados por la Fundación Amancio Ortega a Castilla-La Mancha han permitido, hasta la fecha, la adquisición de siete mamógrafos digitales con tomosíntesis. En breve, añadió el consejero de Sanidad en funciones, se comprarán cinco aceleradores lineales para el tratamiento del cáncer, uno en Ciudad Real, dos para Toledo y dos para Albacete. Quedarían Cuenca y Guadalajara dependiendo del progreso de las obras de los nuevos hospitales. Los siete mamógrafos digitales están instalados en las cinco capitales de provincia más el Área Mancha Centro y Talavera.