El Albacete Balompié trata de mantener viva su llama entre los aficionados durante estos días con diferentes iniciativas. Una de ellas fue someter a una batería de preguntas a su técnico Lucas Alcaraz realizadas por los aficionados. Hubo de todo, pero quizás una de las más interesantes reflejó la influencia que Benito Floro, entrenador del Queso Mecánico, tuvo en aquellos jóvenes técnicos que, como el caso del granadino, intentaban hacerse un camino en los años 90. Hubo un total de 22 cuestiones que respondió con paciencia un Lucas Alcaraz cercano y empático, a pesar del poco tiempo que lleva al frente del conjunto manchego. Reproduciremos las más interesantes.

Escri: ¿Ha probado los miguelitos de La Roda?

La verdad es que sí, hace bastantes años. Fue gracias a un exjugador del Albacete, Paco Peña, que cuando estaba en el Murcia, cada vez que pasábamos por La Roda nos hacía parar para comprar miguelitos.

Javier Caballero: ¿Qué opinión le merecía el Albacete antes de llegar?

Es una entidad en cuanto a seriedad y profesionalidad a nivel nacional importante. Me he enfrentado al Alba en años buenos como el del ascenso con Ferrando y el siguiente en Primera, que yo estaba en el Racing. He sido admirador de la época de Benito Floro. Ha sido siempre un club con una historia importante. La primera vez que me enfrenté fue en 2001, cuando estaba en Segunda con Julián Rubio de entrenador y yo en el Recreativo. Su fama siempre ha sido de club muy profesional.

Fran Masip: ¿Cómo vivió la etapa de Floro en el Albacete?

Yo en aquella época estaba entrenado en juveniles y tengo varios recuerdos, por ejemplo, el partido contra el Granada el año que subió de Segunda B a Segunda A, que ganamos en Los Cármenes, pero donde el Albacete hizo un partidazo y recuerdo ir con unos amigos a La Manga a escuchar una conferencia de Floro, que en aquella época era el referente de los que queríamos ser entrenadores y no habíamos sido jugadores profesionales. Lo que hacía Benito nos generaba mucha curiosidad. Incluso recuerdo que en mi primera época en Granada tenía en mi plantilla a Julio Soler, integrante de aquella plantilla y no hacía más que preguntarle cosas de como trabajaba Benito. Fue un referente en su época para muchos entrenadores.

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