Domingo Henares

Domingo Henares


Son tres heridas juntas

21/11/2021

La señora ministra de Educación (para qué escribir su nombre) acaba de sentenciar, con tres heridas más, el mal estado de salud de la enseñanza en España. Como un enfermo cuando trata de recuperarse y entra un aire por la ventana que lo aqueja de nuevo. Así, la señora ministra decide que un alumno podrá graduarse de la Educación Secundaria Obligatoria con una asignatura suspensa. Incluso, en las mismas circunstancias, presentarse a la Selectividad. Primera herida de muerte a la Lógica, pues el conocido «principio de contradicción» advierte que un alumno no puede, a la vez, estar suspenso y aprobado. Es más, cuando esto ocurre, ¿qué dirá el profesor cuya asignatura suspenden los alumnos tal vez por decisión propia y no interrumpe sus estudios? Es la segunda herida de un profesional que fracasa por iniciativa ajena. Y tercer herido de muerte será el propio alumno en su autoestima, pues se verá señalado por los profesores como distinto a sus compañeros, incapaz y con menos luces. 
 La señora ministra ignora que todos los alumnos son capaces de aprobar las materias de sus cursos respectivos, o no estarían sentados en los pupitres más de media hora. Aunque pudiera ser que el aprendizaje lo consigan cada uno con ritmo distinto al de sus compañeros, acaso ilusionados y felices, o acudiendo a refuerzos educativos, que pueden incluir hasta los suspensos, que tampoco es para tanto.
  Otro ministro de mayor rango (podría decirse), el de Universidades, ya hizo su aportación debida a la enseñanza despreciando el valor que tiene la memoria en los estudios, porque todo está en Internet. Esa burrada.