Una mañana como la de hoy, hace ocho años, dos disparos terminaban con la vida de Marcial Hidalgo en su finca de El Peñón, muy cerca de Villalgordo del Júcar aunque en término municipal de Casas de Benítez, Cuenca. Solo el río y unos pocos metros separa ambas provincias en esta parte del norte de Albacete, pero el territorio importa en este caso, porque desde hace ocho años es el Juzgado de Instrucción 2 de San Clemente el que investiga el crimen, después de las diligencias policiales de la Guardia Civil, y todavía sin resultados. No hay un sospechoso del asesinato para la justicia a día de hoy. No hay culpable, ni culpables, por el momento, mientras la familia espera algún avance que permita aclarar qué pasó en El Peñón aquella mañana. «El sumario del caso sigue activo, no es que se haya cerrado, pero no ha habido ningún avance en los últimos meses», explicaba Antonio Núñez-Polo, abogado de la familia, que durante todos estos años ha intentado que nuevas diligencias permitan ahondar en los indicios que lleven a procesar a los implicados en el crimen. Lo último que se ha tramitado en el juzgado de San Clemente ha sido «requerir de nuevo a los laboratorios de Madrid para que envíen los resultados de unas muestras de ADN que había por analizar, y que siguen pendientes; eso fue en enero, el juez volvió a pedir esos resultados, pero no ha habido nada nuevo más desde entonces».
Tampoco ha dado el resultado que la familia esperaba la nueva declaración hecha por la mujer que en 2012 era pareja de O.M.R., el aparcero de la finca, quien llegó a estar «imputado no detenido» por su posible participación en el crimen y que como tal declaró varias veces ante la Guardia Civil. Después fue desimputado. Esa nueva declaración de esta mujer salía a la luz en este diario hace un año, aunque en realidad fue dos años después del crimen, en 2014, cuando la mujer cambió su versión de lo ocurrido la mañana del crimen. La declaración nueva incluía  afirmaciones como que no es cierto que la mujer estaba con O.M.R. cuando un tractorista le llamó por teléfono para avisarle de que habían encontrado a Marcial tirado en el suelo. También declaró esta segunda vez que al ver a O.M.R. esa mañana lo encontró «muy blanco, temblando, y con un estado de nerviosismo muy elevado» y que «nunca le había visto como ese día».

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