El presidente de Asaja-Albacete. Jorge Navarro, ofreció esta semana una conferencia en el Ateneo cuyo título era Evolución del Sector Agrario por el Cambio Climático, en la que intentó dar la visión de un fenómeno que todas las gentes del campo conocen, y viven, en primera  persona cada vez que van a trabajar.

¿Ha cambiado mucho el clima en Albacete en los últimos años?

Claro que ha cambiado. Nosotros somos los primeros en notarlo, porque nuestro trabajo depende de que los ciclos del clima y de la meteorología coincidan lo más posible con los ciclos de nuestros cultivos y ahí está el problema, que llevan bastante tiempo descuadrados. 

¿Cómo les afecta este cambio?

Le pongo un ejemplo, los herbáceos. El patrón de lluvia que más les conviene son lluvias continuas en otoño y en primavera. Sin embargo, lo que tenemos ahora son períodos largos de sequía que se interrumpen entre julio y octubre de forma abrupta, con tormentas muy cortas y muy intensas en las que llueve en cuestión de días  lo que antes llovía durante semanas o incluso meses.

¿Sólo cambiaron las lluvias?

No, por ejemplo en marzo y abril las temperaturas medias son más altas de lo que era habitual. Al mismo tiempo, en primavera son cada vez más frecuentes las heladas que duran noches enteras. Y cuando acaba la primavera, llegan olas de calor cada vez más fuertes y tempranas, con temperaturas en mayo que antes sólo veías en julio, lo que también afecta a los cereales con el asurado.  

¿Y lo que ven les induce a pensar que el cambio climático es real?

El cambio climático siempre ha sido real. En la ponencia, empecé con una serie de referencias históricas sobre el cambio climático que se pueden rastrear incluso en la Biblia.  Otra cosa es que descubramos ahora hasta qué punto nos afecta a todos y, por supuesto, entremos en el debate de cuál es el papel del ser humano en este fenómeno. 

Basándose en su experiencia, ¿cuál es el papel del ser humano?

Es un factor más de la ecuación. Un factor importantísimo, sin duda, tanto en lo negativo como en lo positivo, pero un factor más. Achacar toda la culpa al ser humano o, en la misma medida, pensar que podemos pensar que podemos frenar el cambio nosotros solos es tener una idea muy equivocada de la relación entre el hombre y la naturaleza. 

¿Qué podemos hacer entonces?

Adaptarnos al cambio, como ya hacemos en el campo. Es curioso, los agricultores llevamos miles de años de lucha contra el cambio climático y nadie nos lo reconoce. Basta con salir al campo y ver cómo cambia el paisaje de Albacete: donde antes había cereales o leguminosas, ahora hay leñosos; donde antes había maíz, ahora se cultivan hortalizas. 

¿Dice que no se lo reconocen?

Es que es así, y me duele. Nos presentan a veces como los culpables de todo, cuando sin nosotros esto no tiene arreglo. Fíjese en la PAC, cómo ha cambiado. Cuando España entró en Europa, tan sólo importaba producir, ahora también cuidamos de los ecosistemas, las ayudas están cada vez más vinculadas a la realización de una serie de prácticas ambientales muy estrictas y muy controladas. Igual si los demás sectores  tuviesen que cumplir tanto como nosotros, no nos veíamos en ésta.