La garrapata Vox-PSOE

Carlos Dávila
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Sánchez y Abascal manejan una estrategia diferente pero con el mismo objetivo: eliminar a Casado de la carrera a La Moncloa

El líder del PP ha decidido combatir las artimañas de sus adversarios con apariciones públicas que tengan carácter internacional donde gana peso y prestigio. - Foto: Juan Ignacio Roncoroni

Se podría hablar de pinza, pero no; la pinza, también los alicates, son solo entre dos, la garrapata -leáse Wikipedia- es un arácnido al que se conocen cuatro pares de patas, una más que sus primos hermanos, los mosquitos que se mueven, y molestan, únicamente con tres. Pero a lo que vamos: con el mismo objetivo pero con estrategias diferentes, el partido de Abascal (¿dónde estás que no se te ve?) y el de Sánchez, se han transformado en modo garrapata para sorberle la sangre, en este caso, no se alarmen, la primogenitura política a Pablo Casado. 

Aparte de Abascal y Sánchez, otra pata del bicho es naturalmente Podemos. O sea, que al final, es una garrapata en toda regla. Pruebas gráficas: el lunes, en el murmullo posterior a los infames mítines extraparlamentarios de Batet, ¡qué papelón el suyo de acólita del jefe! y de éste mismo, Sánchez, la siempre eficaz Macarena Olona se acercó con toda consciencia a Díaz Ayuso, saltándose el turno del presidente del Constitucional y de Fernández Mañueco, para transmitirle su elogio por su comportamiento y resistencia frente a los rivales que le están haciendo la puñeta. 

A la presidenta de Madrid, Vox le apoya sus Presupuestos pero la inefable Monasterio se levanta en la Asamblea para afearla yo qué sé qué casos de corrupción, familia, aviones… cabe todo. Esto sucede en el Parlamento Regional mientras, en el Ayuntamiento, el boina verde Ortega Smith le niega el saludo a Almeida y trata de boicotear nada menos que al portavoz oficial de Pablo Casado. Una verdulería.

Y mientras el PSOE utiliza otro par de los apéndices de la garrapata, amenaza al PP con una moción de censura en Castilla y León y emprende una campaña desaforada en Andalucía para que los paisanos se crean que el PP y Vox pertenecen a la misma casa común de la ultraderecha. Es una estrategia diferente pero con un objetivo compartido: eliminar a Pablo Casado presentándole como un alevín de la política, un tipo sin prestancia alguna para intentar la conquista de La Moncloa. Es decir, se trata de ensalzar al alimón a la presidenta de Madrid porque, según confiesan los cómplices de Sánchez, es el «enemigo a batir» y, al tiempo, decolorar la figura de Casado fotografiándole como un perdedor que ni siquiera es amado en su propio partido. Ya se ve, tretas diversas para un fin idéntico: la voladura de la candidatura de Casado para las venideras elecciones generales.

Y claro está, a la actividad tóxica de la garrapata (¡cómo trituran estas acémilas!) se ajuntan los leninistas de Podemos y los radicales de Errejón que saben que por sí solos no son capaces ni de derrotar al Alcorcón Club de Fútbol. Últimamente lo que está expandiendo la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, es que los próximos comicios se convocarán con, al menos dos o tres mujeres a la cabeza del aspirantazgo. Ella, desde luego, que se ha creído su risible papel de líder universal, y Ayuso. La tercera en liza puede ser Belarra, otra política-garrapata que se precia de dejar sin sangre a quien osa contradecirla. Ya se ve que las diversas franquicias del extinto -¡Dios es sabio!- Podemos también se suman a la picadura general contra Casado y le ningunean como un parvenu en esto de la política que jamás en la vida podrá salir vencedor en una convocatoria electoral.

 Al parecer, en la dirección nacional del PP ya han recaído en esta trampa que les tienden las multipatas garrapatas y han emprendido una actuación política en la que el enfrentamiento público con Ayuso queda definitivamente atrás. El pasado lunes, tras el infame acto de la Constitución aprovechado por el dúo Sánchez-Batet para arrear a los contrarios, dos presidentes regionales, uno de ellos Alfonso Fernández Mañueco, se congratulaban de que las próximas apariciones públicas de Casado tengan carácter internacional, y no el localista envenenado de Madrid. Grecia, Chipre y el Cono Sur Iberoamericano, en el que todavía no gobiernan los leninistas de Maduro, Castro, Ortega, Obrador y demás ralea. Es un gran principio para aparecer en el mundo como un colega que puede engrosar las filas de la resistencia mundial, también en España, del centro derecha contra el leninismo criminal. Esta parece ser una buena receta para amansar lo ocurrido hasta ahora; dejar a los rivales sin espacio para colocar sus patas de garrapata sobre el PP, que solo puede acarrear beneficios al PP.

Tufo electoral

Beneficios, además imprescindibles, cuando el tufo electoral se hace cada vez más notorio. Es cierto que en el territorio de Castilla y León se viven días de expectación ante un escenario complejo; a saber, la aprobación o no el día 24 de los Presupuestos de la Región, el asentamiento, fundamental para estos campos nuestros, de la Política Agraria Común, el cuento de los fondos europeos sobre los que no se sabe nada porque Sánchez los está ocultando, y un juicio menor, pero juicio al fin, que comenzará el 10 de marzo para dilucidar por qué se permitió que unos indeseables antiguos militantes del PP se forraran a cuenta de aquel edificio, Perla Negra, que costó tres o cuatro veces más de lo señalado en principio. Una gesta repulsiva. Por separado o, incluso juntos, estos elementos no van a alterar la decisión de Mañueco de no llamar por adelantado a las urnas. Esa es la información de primera mano de que dispone este cronista. ¿Podrá el presidente cumplir con su intención de agotar la legislatura? Ciertamente no se lo están poniendo fácil, porque a los garrapateros citados se ha unido el procurador por Ávila en las Cortes Regionales, que le está exigiendo al presidente sinecuras de toda especie que, de concedérselas, crearía un ambiente de «esto es un chollo» que desataría la euforia en todas las demás provincias. Ya se ve que también, y a las citadas al principio como referencia, se han sumado otras, igualmente activas, que ahora mismo remueven la tranquilidad política a pocos días ya del inicio de un año decisivo para todos.

 Desde luego, para España 2022, Vox encabeza la revolución de las garrapatas, ayudado Abascal en la ocasión por los comunistas, los socialistas, los independentistas y hasta los horteras. ¡Una bonita compañía!