El Real Madrid cedió (77-93) este jueves ante el Valencia Basket en la segunda jornada de la Euroliga, celebrada en un WiZink Center sin afición, a la cual echó de menos el equipo de Pablo Laso, incapaz aún de sacar una versión notable en su segunda derrota europea.

El aspirante blanco regreso al Palacio sin el calor de su público por el protocolo contra la pandemia. El fortín de la calle Goya que suele pasar casi inmaculado cada curso fue asaltado a las primeras de cambio por un Valencia que busca un paso adelante. Con ese motivo se han reforzado los de Jaume Ponsarnau, que al contrario que los de Laso, ponen un 2-0 en su clasificación.

De menos a más, el Valencia barrió al Madrid en la segunda parte. Bojan Dubljevic (24 puntos), en su faceta de tirador, fue el mejor de un partido que el Madrid parecía trabajado en sacar la energía del local pese a las gradas vacías. Una visión rara, un silencio incómodo. Así lo hizo en especial en defensa, con un serio arranque, bien cerrado por dentro con Tavares y Garuba, y lanzado en ataque por el Facu. El argentino fue quien más fiel a sí mismo apareció en el parqué. También Tavares, que comenzó con dos tapones a Dubljevic. El montenegrino sin embargo anotó desde fuera.

El Real Madrid se desmorona ante el Valencia Basket - Foto: JUANJO MARTIN

Una declaración de intenciones de lo que haría el Valencia para salvar esa agresividad blanca ya desde el segundo cuarto. Kalinic ayudó también a los taronja a esa anotación complicada, mientras el Madrid amagaba con un primer golpe al marcador (26-19). Después de aquellos dos triples de Dubljevic, el Valencia volvió a meterlas de tres, con Labeyrie y el propio Dubi.

La rotación no ayudó a Laso a recuperar el buen inicio, en especial por el desquicie de Randolph en faltas y desacierto, pero Campazzo volvió igual de inspirado para dejar un 39-44 al descanso. Al Madrid se le empinaba la cuesta al tiempo que el Valencia encontraba la zona de confort. Dubljevic las siguió enchufando de tres y Vives y Kalinic se atrevieron a buscar el aro.

Como el serbio, el también recién llegado Derrick Williams mostró una mayor aclimatación a un Valencia decidido a dar el golpe en la capital. Como en el estreno ante Baskonia, Campazzo volvió a ser la única respuesta para un Madrid en caída libre en el tercer cuarto (51-68). Las dudas asaltaron y las piernas no respondieron, de nuevo al revés que al otro lado, donde se desató el Valencia.

Se gustó el equipo taronja hasta el punto de que Laso dejó de dar las voces que venían resonando en el pabellón. De cerca también lo vio el presidente blanco, Florentino Pérez, que pudo sentarse en la grada común. Al Madrid le toca recuperar su gen competitivo para engancharse al ritmo de esta temporada atípica.