'La prima cosa', premio de AI, es un canto a la solidaridad

V.M.
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La cinta de animación, dirigida por el documentalista canario de origen sirio Omar Razzak y por la ilustradora israelí Shira Ukrainitz, aborda de forma singular el conflicto de Oriente Próximo

Los representantes de AI, la productora del documental y el director del Festival, durante la presentación. - Foto: Abycine

El documental de animación La prima cosa es el proyecto ganador del Certamen  de Cortos de Derechos Humanos 2020 que impulsa Abycine junto al grupo local de Amnistía Internacional desde hace ya nueve años.

El director del Festival, José Manuel Zamora, la representante de AI, Évelin R. Molano, y la productora de la cinta, Mayi Gutiérrez, presentaron un trabajo, que, en palabras de esta última, es «un canto a la solidaridad de los pueblos y las culturas».

En esta edición se presentaron  19 propuestas de gran calidad todos ellos centrados en la temática de los derechos humanos desde muy distintas ópticas: refugiados, acoso escolar, discriminación de la mujer o la falta de solidaridad en Europa, resultando ganador esta cinta  dirigida por el documentalista canario de origen sirio Omar Razzak y por la ilustradora israelí Shira Ukrainitz.

Zamora matizó que el trabajo está todavía en período de desarrollo, «pero tanto el certamen, como la productora han querido poder mostrar cómo está el proyecto a día de hoy», al tiempo que reiteraba la apuesta por la animación que vuelve a realizar el certamen y definía a Razzak como «uno de los grandes talentos del nuevo cine español», un realizador que juega con diversos formatos e incluso con la fusión de géneros.

Por su parte, Évelin Molano valoró la importancia de «haber abierto este canal en materia de derechos humanos desde Albacete a nivel nacional e internacional», además consideró que esta iniciativa les permite «ganar en visibilización de temas de denuncia que a nosotros nos interesa», un material audiovisual utilizado por la propia ONG, que mantiene un estrecho vínculo con todos los directores participantes.

Tras subrayar la total independencia del movimiento de AI, del que forman parte siete millones de personas, consideraba que «La prima cosa navega entre lo que llamamos las identidades líquidas  donde todos somos todo y los derechos humanos priman sobre cualquier etiqueta que nos quieran imponer». 

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