El poder paliativo del cáñamo

Agencias - J.V. (SPC)
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La mayoría de países occidentales apuestan por el uso médico de la planta, mientras solo Canadá y Holanda permiten un fin recreativo

A excepción de un puñado de países, que permite el uso del cannabis con fines recreativos, la gran mayoría de los estados prohíbe rigurosamente esta práctica o regula claramente el consumo de marihuana únicamente para fines terapéuticos, como sucede en una mayoría de territorios de Europa y América.

Tal es el debate por el uso medicinal de esta planta que el año pasado la ONU reconoció las propiedades terapéuticas de esta hoja y eliminó el cannabis de la lista de las drogas peligrosas.

A pesar de ello, la legalización de la marihuana medicinal ha sido y es objeto de debate en muchos países, como sucede actualmente en España, donde varias iniciativas parlamentarias intentan legalizar el cannabis, aunque el Gobierno ya ha matizado que la discusión sobre su regulación debe abordarse únicamente desde la perspectiva sanitaria.

Por eso, a continuación se desglosan las diferentes normativas sobre el uso de esta sustancia con fines terapéuticos en distintos puntos del planeta.

Estados Unidos

La ley federal sigue prohibiendo cualquier uso del cannabis en EEUU, pero cerca de una treintena de estados ya han autorizado en sus respectivos territorios el uso de esta planta y sus derivados con fines medicinales. Además, en torno a una decena de estados han regulado el consumo recreativo de la marihuana con diferentes condiciones, lo que ha propiciado, como en el caso de Canadá, la creación de una industria de cultivo, producción y distribución.

Canadá

El país norteamericano es el territorio con la legislación más avanzada en esta materia, junto a Uruguay, y ambos estados tienen legalizado además del uso terapéutico el fin recreativo. Canadá ya empezó hace dos décadas, en 2001, a dar los primeros pasos, al permitir entonces el acceso de las personas con enfermedades graves a la marihuana, una normativa que luego amplió y mejoró en 2016.

No fue hasta octubre de 2018 cuando Ottawa dio el paso definitivo de aprobar una ley federal para la legalización del cannabis con fines meramente recreativos, aunque la posesión no puede exceder los 30 gramos. Esa norma permite la producción a empresas privadas que dispongan de una licencia del Estado para ello.

Alemania

El estado germano aprobó en marzo de 2017 el uso del cannabis medicinal. De su cultivo, procesamiento y distribución se encarga una agencia nacional, aunque la producción depende fundamentalmente de la importación de otros países hasta que haya una industria alemana capaz de sustituirla y que se regula con la concesión de licencias para el cultivo otorgadas por el Ministerio de Sanidad.

Recientemente, el país ha abierto un debate para una posible legalización de esta sustancia para el ocio, sin embargo parece que esta iniciativa no va a fructificar tras los últimos resultados de las encuestas, que indican que la mayoría de los alemanes se declaran contrarios a esta posibilidad.

Australia

En 2016, aprobó una modificación de la Ley de Estupefacientes de 1967 que regula el acceso al cannabis medicinal mediante control del Estado y que difiere en cada parte del territorio federal.

Dinamarca

La Agencia Danesa de Medicamentos autorizó en 2011 el uso de derivados del cannabis y permitió la comercialización de este tipo de productos en cremas y bálsamos. Siete años después, el Gobierno autorizó la marihuana con fines medicinales.

Holanda

Holanda es la excepción a la regla en los países de su entorno respecto al uso y consumo del cáñamo, ya que permite desde los años 70 la venta de una pequeña cantidad de marihuana en los llamados coffeeshop y su consumo dentro del local, lo que le dio la fama mundial de ser el país abanderado de la legalización.