María Ángeles Cortés presenta mañana, en la sala EA! Teatro de la capital, su espectáculo Celebrando la vida, a partir de las 20,30 horas. La cantante y compositora comentó a La Tribuna de Albacete cómo es este espectáculo sobre la música y rituales en las festividades del año.

¿Cómo es este espectáculo Celebrando la vida?

Pues es una charla concierto en la que hablo de las festividades, de la ritualidad de la rueda del año. Es una cosa que puede parecer muy extraña, pero en realidad, todas las festividades  las conocemos y celebramos con los nombres que le ha dado la Iglesia Católica, pero ancestralmente las han celebrado todas las personas del Hemisferio Norte, me refiero en concreto a las nuestras, cercanas,  las del entorno mediterráneo.

¿Fiestas de origen pagano?

Prácticamente a todas se les dio un nombre nuevo porque eran tradiciones relacionadas con la tierra, con los fenómenos atmosféricos, con la agricultura, que era muy importante. Ahora, por ejemplo se celebra Samaín, el Día de Todos los Santos, de origen celta, incluso en Galicia y Asturias se conserva el nombre. Es como el principio del año, que comienza en la oscuridad, cuando todo está descansando y se han recogido ya las cosechas. Se conmemora una fiesta de los ancestros.

Luego viene el solsticio de invierno, que es Nochebuena y, cuando empieza a resurgir un poco la vida, a principios de febrero, la Candelaria.  Hago un recorrido festivo y busco el origen femenino, con la Diosa Madre y vinculo cada una de esas festividades con una deidad ancestral, la diosa paleolítica, con todas formas que la conocemos. 

¿Por ejemplo?

La Venus de Willendorf,  de Laussel y otras, que son las imágenes que nos han quedado de esa ritualidad antigua que tiene que ver con lo femenino. 

Habrá teorías de todo tipo pero yo me voy a centrar en ese vínculo, el principio vital, que es la madre, el principio femenino que esta en la vida en general.  

¿Todo esto se vincula con músicas distintas?

Claro, lo que hago con estas festividades es relacionarlas con canciones, algunas que he compuesto yo y otras  son temas de la música tradicional de la Península Ibérica;todas, que de una forma u otra, tienen un vínculo con las ideas que yo quiero presentar en cada momento. 

¿En épocas determinadas?

Sí, por ejemplo, en el solsticio de invierno, en Navidad, hablo entre otras cosas del nacimiento del niño sol, como hijo de la madre tierra. Hay varias deidades vinculadas y relacionadas con este aspecto. También se celebra mucho  en torno al árbol, como una figura de unión. Así, se pone el árbol de Navidad, pero es una tradición muy antigua y ahí canto un tema que compuse para la sabina, que hice precisamente el día de Año Nuevo en las Lagunas de Ruidera. Canto a la sabina y luego, un villancico tradicional, que habla de la luna. En la época de cosecha que hemos pasado, hago unos cantos tradicionales de vendimia, que han tenido mucho que ver con las mujeres. Antiguamente las vendimiadoras, volvían cantando y en muchísimas coplas se ve esa vinculación de la mujer con el trabajo.

¿Qué recorrido tiene con este espectáculo?

El espectáculo fue un encargo que me hizo la Universidad Popular y lo volveré a hacer en la Casa de Cultura José Saramago en febrero ya que por la pandemia no se pudo estrenar  en su momento, nos cogió de lleno, pero como quedó tan bien, era una pena que quedase ahí casi en el olvido, entonces lo estrené en Molinicos, a beneficio de la Asociación Resilencio.

¿Con qué instrumentos se acompaña en este recital?

Cuento la historia, con la ayuda de un power point e ilustraciones de Raquel Gordillo y me acompaño de piano e instrumentos de percusión, pandero, pandereta y también me llevaré un loop, un pedal de voces.