Antonio Palacios entrena y sigue con la moral intacta

Pedro Belmonte
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El novillero se prepara en muchas ocasiones junto a Rubén Pinar, al que le une una buena amistad, y asegura que recibe buenos consejos en esta carrera de fondo que es la profesión

Antonio Palacios, en el día de su debut con caballos.

El novillero albacetense Antonio Palacios debutó con picadores en la plaza de toros de La Roda, hace casi dos años, y desde entonces no ha gozado de oportunidades que le hayan podido permitir demostrar su capacidad para funcionar en el escalafón superior. Aún así, no ha dejado de entrenar como si tuviese por delante una temporada llena de contratos, y en estos meses de crisis sanitaria, ha seguido, haciéndolo, adecuándose en cada momento a las normativas en cuanto a movimientos y posibilidades.

Hemos querido saber cómo es su organización, perspectivas y futuro, como venimos haciendo con todos los matadores, novilleros y todos los profesionales del mundo taurino albaceteño.

«Gracias a Dios estamos todos con salud y así lo llevamos, poniendo mucho cuidado en todas las cosas y haciendo lo que se debe hacer en estos momentos, además en casa mi madre es considerada de riesgo, por lo que hemos puesto todas las precauciones necesarias. Estamos en La Roda, aunque cuando surgió todo me encontraba en Sevilla, con el maestro Rubén Pinar y nos tuvimos que volver a casa, por lo que desde que empezó el estado de alarma, ya estaba en casa. Desde entonces aquí estoy, llevando los entrenamientos como se puede en cada fase, ahora ajustándome a los horarios y al principio confinado en casa haciendo los ejercicios como buenamente podía. Tengo en casa una bicicleta estática, que me ha servido mucho, y toreando de salón dentro de la casa, haciendo abdominales, ejercicios de cardio, y volviendo loca a mi madre que le reconvertí el salón en un set de entrenamientos».

La temporada, dentro de las dificultades, comenzaba a verse algo más clara que la pasada. «Después de estar todo el año pasado parado, parecía que para este año se podía ver algo de esperanza, porque tenía un festival ya cerrado en mayo y algunas cosas vistas que podían salir, pero todo se ha desbaratado. Podría ser un año sabático en cuanto a festejos, porque el entrenamiento no ha parado, como así ha sido desde que estoy en este mundo, como ha sido el año pasado en el que no toreé ningún festejo. Aún así la ilusión nunca me ha faltado, y continúo con el mismo sacrificio para cuando llegase la oportunidad, estar en plenas facultades y siempre preparado, para poder coger ese tren tan ansiado por nosotros».

Es difícil mantener el ánimo en circunstancias tan desfavorables, algo que indica la gran vocación que estos hombres tienen por lo que hacen. «Hay que trabajar mucho física y mentalmente, porque mentiría si digo que no se hace duro estar en esta situación, pero la afición es superior a las adversidades y eso hace que el ánimo no decaiga y apretar más que nunca para cuando llegue la oportunidad. Esto es una carrera de fondo y este año estaba creciendo mucho como torero gracias al maestro Rubén Pinar, pues nos une una buena amistad y he entrenado mucho junto a él, dándome muchos consejos. Me está aportando muchas cosas como torero y como persona».

Es optimista en cuanto al futuro de la fiesta, pero haciendo hincapié en la unión de todo el sector. «Tenemos que estar más unidos que nunca y remar en la misma dirección, pues en muchas ocasiones, en las peores situaciones han hecho más fuerte a los colectivos, por lo que con unión, saldremos reforzados de esta crisis, un sector que ha sido maltratado y al que han puesto muchas trabas».