Antes de comenzar sus vacaciones, el capitán del Albacete reflexionó sobre la temporada, los playoff y la lesión que le impidió participar en la eliminatoria contra el Mallorca.

¿Qué se puede decir de la temporada del Albacete?

Solo se pueden decir cosas buenas. Ha sido una temporada de 10, aunque no se haya conseguido el ascenso. Lo dije a principio de campaña, que viendo la gente que había, el compromiso, como estábamos trabajando, iba a ser una temporada ilusionante y así ha sido. Solo se puede agradecer el trabajo de los compañeros, el cuerpo técnico, la gente del club. Todo ha sumado en positivo y ha servido para que esta ciudad vuelva a ilusionarse con su equipo.

¿Cómo ha cambiado aquel  club al que llegaste en Segunda B y que ahora ha estado rozando el ascenso a Primera?

Es lo bonito que tiene el fútbol, que uno no sabe lo que va a pasar de un año para otro. Este nos ha tocado vivir algo muy bonito y daba gusto ir al Carlos Belmonte y veíamos como la gente nos animaba. El equipo respondía y todo ha fluido en positivo. El club se ha hecho fuerte.

Viendo la reacción de la gente y el ambiente que se formó en torno al equipo, uno puede entender como un modesto como el Alba pudo estar en Primera varios años.

Es un club con historia. Cuando se hacen las cosas bien, con cabeza, pensando, siempre es más probable que las cosas salgan bien y los resultados sean más positivos que negativos. Este año ha pasado eso. Poco a poco se van haciendo las cosas bien y este año se ha pegado un salto muy grande.

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