Año de nieves, ¿año de bienes?

Ana Martínez
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Las intensas precipitaciones en forma de nieve blanda y con mucha agua dejarán importantes reservas de agua para los cultivos de primavera y verano

Año de nieves, ¿año de bienes?

Dice el refrán que nunca llueve a gusto de todos. Pero confronta con ese otro que asegura que año de nieves, año de bienes. El temporal de nieve y hielo Filomena que atravesó la Península Ibérica de sur a norte y dejó en esta provincia espesores de más de metro y medio de nieve y temperaturas casi siberianas, no beneficiará por igual a los agricultores, aunque todo el campo, monte incluido, se aprovechará de las importantes reservas de agua que se almacenarán bajo la superficie de cara a la primavera y verano.

Aunque es pronto para adelantar si 2021 será un buen año para la agricultura albacetense, el presidente provincial de Asaja, Jorge Navarro, se muestra convencido de que el temporal de nieve será «muy beneficioso» para los próximos cultivos, dado que sobre la provincia de Albacete cayeron unas precipitaciones muy «blandas» y con «mucha agua», que favorecerán a los cereales de invierno, a leñosos como la viña, a los pastos del monte y, además, permitirá recuperar acuíferos, pantanos y fuentes naturales. «La nieve siempre es una muy buena noticia para el campo, porque dejará un buen almacenaje de agua para el verano», insiste.

Se da la buena circunstancia de que, además, las precipitaciones en forma de nieve aportan buenas cantidades de nitrógeno al suelo y elimina bacterias e insectos nocivos para los cultivos, por lo que de darse las condiciones hidrológicas necesarias el resto de primavera, bien podría augurarse una buena temporada sin temor a la sequía.

Pero, lo dicho, nunca llueve a gusto de todos. La acumulación de nieve en toda la provincia albacetense afectó de manera especial a las ganaderías, que se vieron imposibilitadas de sacar sus cabezas a pastar en el monte, lo que obligó a los ganaderos a alimentarlas con pienso en el pesebre, lo que supone «un mayor gasto económico y muchísimo trabajo».

Tras las intensas jornadas de copiosas nieves, vinieron los hielos, uno de los fenómenos adversos meteorológicos más temidos por los agricultores. «El hielo es lo peor», confirma Jorge Navarro, que habla del daño que han podido sufrir los cultivos que ya estaban germinando, yemas de viñas, brotes o pimpollos que se congelan y queman, así como del retraso en las labores de siembra de cereal y leguminosas y en la preparación de los terrenos para empezar a plantar los cultivos de primavera-verano.

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