El Albacete Balompié visita hoy El Molinón en su peor momento desde que comenzara la temporada, con su peor trayectoria en décadas y una sensación de hundimiento que ha motivado su desplome en la clasificación, en la que figura como colista.

Aunque su devenir es francamente lamentable, tampoco puede constatarse que los blancos hayan tocado fondo habida cuenta de su incapacidad para ganar un partido más allá de las proclamas fuera del terreno de juego. El desmoronamiento paulatino ha conducido al Albacete a cerrar la clasificación junto a un pequeño paquete de equipos de similar tenor.

Tras haber quemado los cartuchos de la marcha del primer entrenador y del director deportivo, se apela a la responsabilidad de los jugadores para intentar salvar los muebles, si es que tal cosa fuera posible en función de su aptitud. Es en este contexto en el que el cuadro manchego comparece hoy en Gijón, tras una serie de resultados espeluznante.

López Garai, cuyo principal valedor dijo adiós, se sentará hoy en el banquillo con la sensación de que también se quemará su cartucho al más mínimo desliz. La derrota a manos del Tenerife le ha llevado a invocar una reacción inmediata, y más tras la postura de la plantilla que, al parecer, no ve con buenos ojos un nuevo cese.

El técnico vasco recupera a Liberto Beltrán tras haber superado sus problemas físicos, lo que podría devolverle a la titularidad en detrimento de un ineficaz Álvaro Peña. Se espera un nuevo capítulo de rotaciones en el once habida cuenta del rosario de encuentros de la última semana, si bien el desconcierto actual hace francamente difícil prever su número y las demarcaciones afectadas.

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