Cerco al absolutismo azulgrana

Sergio Aparicio (EFE)
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La puesta en escena de LaLiga va a calibrar la continuidad del absolutismo impuesto por el Barcelona en el último decenio y con una superioridad apabullante sobre sus adversarios en las dos campañas recientes

Cerco al absolutismo azulgrana

El torneo español echa a andar en pleno verano, al término de la primera quincena de agosto, con las plantillas aún por pulir y con el mercado aún abierto durante más de dos semanas.

La fragilidad del Real Madrid, acentuada con la marcha de Cristiano Ronaldo, y el decaimiento del Atlético en el tercio último de la competición dejaron sin alicientes la carrera por el título, resuelta con mucha antelación en favor de los azulgranas.

La temporada de la presumible consolidación del VAR y del fútbol de fin de semana pero no de los lunes una vez resuelta por un juez las pretensiones encontradas de la Federación Española y LaLiga, reafirma el favoritismo del Barcelona y agiganta las aspiraciones del Atlético Madrid. Sin embargo, no disipa las dudas del Real Madrid. Sobre todo por lo advertido en la pretemporada.

La presumible revolución blanca no ha sido tal. Al menos hasta el momento. La llegada de Eden Hazard y de Luka Jovic y Militao no han mejorado la pinta del equipo de Zinedine Zidane, amparado en el bloque que languideció el curso pasado y que no ha sido capaz de ilusionar en los ensayos del verano. Todo lo contrario.

El Barcelona, por el contrario, ha apuntalado su plantel. El conjunto de Ernesto Valverde, que dejó a una distancia de puntos sideral al Real Madrid, ha ganado músculo en el centro del campo con el holandés Frenkie De Jong y pólvora en el ataque con el francés Antoine Griezmann.

Dos incorporaciones de peso para agrandar el potencial de un plantel de postín que ilumina en todo momento Leo Messi, el futbolista más decisivo de la era reciente.

El Atlético Madrid ha sido la amenaza azulgrana en el bienio reciente. Aunque la falta de convicción y continuidad en los momentos puntuales propiciaron una prematura dimisión en la puja por el trofeo.

Pero el cuadro de Diego Pablo Simeone parece haber asumido que es el momento de un paso al frente. La apuesta económica, deportiva y de futuro por Joao Félix abandera el cambio de talante rojiblanco. Marcos Llorente, Mario Hermoso, Kieran Trippier, Felipe Monteiro, Héctor Herrera, Renan Lodi o Ivan Sponjic han dado un vuelco a la pinta de su plantel.

La máquina atlética funciona. Ha contado por victorias cada uno de sus compromisos de su puesta a punto. Con goleadas memorables como la obtenida frente el Real Madrid o el triunfo de mérito contra el Juventus.

Solidaridad, bloque y talento delatan al subcampeón, sin añoranza de ningún tipo ante la desbandada de jugadores que padeció al término del pasado curso.

San Mamés oficializa la irrupción de la nueva edición del torneo con la visita, el próximo viernes, del campeón, el Barcelona. Un largo recorrido de diez meses para la definición del campeón, del descenso y de las aspiraciones de Europa.

Fue el Valencia el que llegó a tiempo a la última plaza de Champions. Un final impecable del conjunto de Marcelino García Toral, que redondeó con la conquista de la Copa, premió al club levantino.

No ha realizado grandes cambios en una plantilla crecida y afianzada en los dos últimos años. Al contrario que el Sevilla, donde el regreso de Monchi a su dirección deportiva ha supuesto una sacudida después de un curso plagado de sinsabores y distante de las expectativas generadas.

Julen Lopetegui, que salió malparado de la selección y del Real Madrid, conduce el nuevo proyecto hispalense que aspira el éxito del pasado reciente, habitual animador de LaLiga y respetado en Europa.

El Getafe, que alarga el plan con Pepe Bordalás en su banquillo, regresa a las competiciones continentales después de una temporada brillante, tras acabar quinto. También el Espanyol regresa a la Liga Europa aunque con David Gallego como técnico para prolongar el diseño que trazó Joan Francesc Ferrer Sicilia, Rubi que se marchó al Betis en busca de desafíos aparentemente mayores.

La línea europea la contemplan también la Real Sociedad y el Athletic, que conservan la estabilidad que les proporcionó los respectivos responsables deportivos con los que acabaron el pasado curso. También el Villarreal, distanciado la temporada anterior de los retos de antaño.

El club de Castellón coqueteó con un descenso que quieren eludir equipos como el Levante, el Leganés, el Alavés o el Eibar, consolidados en la máxima división. También el Valladolid pretende asentarse entre los grandes ante la llegada a Primera del Osasuno, Mallorca y Granada, históricos que pusieron fin a su etapa en el infierno.