La Casa Regional en Madrid ofrece su sede

Emilio Martínez
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La presidenta, Olga Alberca, destaca la Feria y la fuerza económica y cultural de la provincia

Imagen de la presidenta, Olga Alberca, y del vicepresidente de la Casa Regional, Vicente Morales, en un acto previo. - Foto: Paverito

Más, mucho más que la embajada cultural y sentimental de todos los castellano-manchegos de la diáspora en la capital de España. Porque la Casa Regional de Madrid, cuya sede, prácticamente en la Puerta del Sol, no puede estar más céntrica, presenta varias novedades de cara al nuevo curso que comienza en el próximo mes de septiembre. La más importante, abrirse y ofrecer estas instalaciones a las empresas de Castilla-La Mancha y, dentro de ellas, muy especialmente a las de Albacete, «que para eso es la capital económica de la comunidad autónoma», como declara a La Tribuna la presidenta de la entidad, Olga Alberca.

Y es que la Casa quiere poner en valor ese «inigualable escaparate de perfectas y fáciles comunicaciones», también en palabras de su máxima mandataria, en la que se encuentra, así como las magníficas instalaciones, salón de actos incluido. De cara a que las firmas privadas y públicas de la región lleven a cabo allí la presentación de sus iniciativas y/o productos, asegurando, además, desde la activa secretaría de prensa, la asistencia de los medios de comunicación específicos o generalistas a los que se convoque. Incluso podría llegarse a acuerdos para que estas firmas fueran patrocinadoras de algunas de las secciones o de toda la Casa, como afirma su presidenta

Más allá de este ofrecimiento, el nuevo curso va a añadir a la ya larga lista de actividades de la entidad otras nuevas, de las que su mandataria destaca dos. Unos talleres de cocina «dedicados exclusivamente a la maravillosa y no siempre bien valorada gastronomía castellano-manchega», cual puntualiza, y charlas coloquio de homenaje a personas ilustres de la comunidad -con dos nombres ya decididos, Rafael Morales y Francisco García Pavón,  en la celebración de su centenario-. También, en orden de prioridades y tal y como se acordó, a finales del mes de junio, en la última reunión de la directiva correspondiente al curso anterior, se va a dar mayor desarrollo al Aula de Música, «que quizás sea una de las actividades menos conocidas entre los castellano-manchegos de la diáspora madrileña», señala Olga Alberca. Quien añade que dentro de estos asuntos musicales «seguirán funcionando a tope la Coral Jacinto Guerrero y el Grupo de Folklore Hidalguía, que además de extender por Madrid y más sitios nuestras tradiciones, tantos premios han logrado».

Claro que para que todo lo anterior sea una realidad es fundamental que esta embajada tenga más ayudas oficiales de ayuntamientos, diputaciones – «aprovecho esta información en La Tribuna para que le llegue a la de Albacete», pide Olga- y de la Junta, que este año sólo ha concedido una ayuda de 3.500 euros. «Nos da envidia cómo otras comunidades autónomas se vuelcan en mucho mayor grado con sus embajadas en Madrid», denuncia la máxima responsable de la Casa.

«La economía de la Casa en estos momentos es muy difícil. Tenemos en propiedad dos pisos que por su superficie y lugar suponen una gran inversión, uno de ellos con una hipoteca alta que representa un gasto mensual importante. De modo, como resumen final, que con esa mínima ayuda del Gobierno de la Junta, las cuotas de los socios y el importe del alquiler del bar es imposible suplir todos los gastos que lleva consigo abrir y mantener la Casa, por lo que tenemos que buscar otros ingresos».  No es de extrañar, por tanto, como asegura Alberca, que haya habido ya dos desapariciones como la Casa de Guadalajara –cuyos socios se refugiaron en la de Castilla-La Mancha- y la Peña Rodense. 

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