Las protectoras dan la alerta por la saturación

Ana Martínez
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Mientras El Arca de Noé ha cerrado las puertas a la acogida de gatos ante la cantidad de camadas atendidas, Dejando Huella hace lo propio también con perros hasta que algunos salgan en adopción

La protectora El Arca de Noé ha recogido unos 700 animales abandonados en lo que va de año. - Foto: Rubén Serrallé

La concienciación va en aumento, aunque de una forma bastante flemática. El abandono de animales y el incremento de las camadas sigue siendo un drama social en este país, aunque cada vez hay más ciudadanos que no miran hacia otro lado y se preocupan y ocupan de llevar a los albergues a los perros que encuentran malheridos en las cunetas o en cualquier otro lugar.

Lo más grave es que se siguen produciendo abandonos de canes y mininos a niveles que llegan a desbordar a las protectoras de animales que cuentan con albergue o con familias acogedoras. Unas prácticas que sitúan a España en el país europeo donde, curiosamente, más abandonos de animales se realizan y menos esterilizaciones y, al mismo tiempo, el país que más perros compra procedentes de fábricas muy cuestionadas sanitaria y éticamente.

Año tras año, las asociaciones proteccionistas trabajan sin descanso y con la preocupación diaria de si podrán continuar con el acogimiento de animales abandonados. En cifras, nada ha mejorado hasta el punto de que El Arca de Noé ha cerrado sus puertas a la acogida de gatos, mientras Dejando Huella ha hecho lo propio también con perros hasta que se reduzca el número de acogimientos a través de las adopciones. «El albergue está desbordado, no podemos coger más gatos, solo a los que lleguen más graves y enfermos», advierte Soledad Calvo. Explica que las dependencias preparadas para los canes no están a los niveles de otros veranos porque han aumentado las adopciones, aunque «no tenemos espacio, estamos saturados y no podemos mejorar la calidad de vida de los animales como nos gustaría».

Que nadie se lleve a engaño. La adopción de perros ha crecido pero en el extranjero, donde ven con asombro que en pleno siglo XXI, en España todavía no se esterilice a los animales y se sigan abandonado perros y gatos recién nacidos en bolsas de basura. «Las camadas indeseadas solo se producen en España; en el resto de Europa no se les ocurre criar porque los cachorros no tienen salida», explica Calvo.

A través de un comunicado, la protectora Dejando Huella anuncia que, como ya ocurriera en el mes de diciembre de 2018, «volvemos a estar desbordados de casos de abandono y de entradas de animales en pésimas condiciones de salud a los que hay que atender». Ante esta situación, la asociación se ha visto obligada a cerrar las puertas al acogimiento de animales abandonados hasta que consiga reducir el número de estos mediante adopciones. Sin embargo, «lo que nos pide el cuerpo es cesar nuestra actividad en busca de una reacción de las instituciones que, interesadamente instaladas en el mientras me lo hagan gratis, no me preocupo, se acomodan en la pasividad y en la inacción». En este aviso, Dejando Huella aclara que el sentido de la responsabilidad y empatía hacia otros seres vivos de todos sus voluntarios frena su disolución, aunque alerta a navegantes: «Puede llegar el día en que todas las entidades de protección animal de nuestro país nos plantemos y cesemos en bloque nuestra actividad, asumiendo que muchos animales sufrirán las consecuencias, pero quizá sea la única manera para conseguir que los responsables de las altas esferas se esmeren en asumir aquellas tareas que son su responsabilidad».

Una responsabilidad que pasaría por la elaboración de planes oficiales de educación y concienciación orientados a evitar el abandono, programas que, en opinión de Dejando Huella, deberían ir inexcusablemente de la mano de las entidades de protección animal, que son quienes conocen de primera mano la situación real.

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