El doctor Pedro Zorrilla Ribot tomó posesión en fechas recientes en el salón de actos de la Diputación de Albacete del sillón número 15 de la Academia de Medicina de Castilla-La Mancha. El jefe de Traumatología de Ciudad Real lidera así, con un discurso de entrada centrado en la fractura de cadera, las Ciencias Quirúrgicas. 

¿Qué supone para usted ocupar este sillón de la institución?

Sobre todo un gran honor porque hay otras personas de la junta gestora con muchos más méritos que yo. Por ello espero estar a la altura de la gente que me ha seleccionado. También es una gran responsabilidad porque también este cargo tiene sus funciones. 

¿Es deseable si la pandemia lo permite que pronto la Academia empiece a tener actividad científica?

Sí, eso es lo que pretendemos, pero dado que la Academia no puede funcionar sin académicos, ahora nuestra labor casi urgente o preferente es la de ir nombrando los académicos, porque la labor de la institución es la reflexión sobre temas científicos y el debate.

A pesar de ser una época muy mala tenemos que seguir adelante, con Covid o sin él, de lo contrario no arrancamos nunca. 

El tema elegido en su discurso de entrada a la Academia de Medicina fueron las fracturas de cadera, ¿una patología muy prevalente en la población mayor, no?

Durante mucho tiempo en mi especialidad a las fracturas de cadera le hemos estado dando muchas vueltas, porque le hemos dedicado mucho esfuerzo, dinero e investigación para tratar de prevenir esta dolencia, que es una auténtica lacra, una epidemia, mediante el tratamiento de la osteoporosis. Hoy en día hemos visto que ese camino ha sido una equivocación, porque con la prevención de la osteoporosis no se previene la fractura por fragilidad, sino que es una causa concurrente pero no la única causa.

Lo que yo he expuesto es que estudiando la fisiología del envejecimiento veremos cuál es la causa de las fracturas de cadera, que son las propias caídas. Y en lugar de estar mirando la arquitectura del hueso hay que analizar por qué se caen los pacientes, y una de las causas es la pérdida de fuerza. 

¿Y cuál es el camino a seguir para prevenir las fracturas de cadera?

Es cambiar el tratamiento para prevenirlas, mediante una alimentación saludable y la práctica de ejercicio físico, para mantener la forma física del anciano.

Porque, ¿cuáles son las consecuencias de las fracturas de cadera?

Hay una gran psicología del miedo porque cuando un paciente se cae y se fractura la cadera tiene mucho miedo a volver a caerse, por lo que dejan de moverse y hacer lo que hacían antes, su vida social. Además, si bien un gran número logra recuperarse hay una alta comorbilidad y mortalidad asociada a las fracturas de cadera, que ronda el 15%. Cuanto mayor es el envejecimiento mayores son las secuelas de esta dolencia traumatológica, como la alteración del equilibrio, la visión. Hay estudios que afirman que la cirugía de la catarata ha sido la mejor prevención para las fracturas de cadera, cosa que no ha ocurrido en el caso de la osteoporosis.

¿Qué incidencia tiene la fractura de cadera en nuestro medio?

En España se producen unas 55.000 fracturas de cadena al año. En 2012  la incidencia era de 153 casos por 100.000 habitantes, y va en aumento año tras año, pero no existe un registro como tal al respecto en el país. En cualquier caso en Castilla-La Mancha, con una alta población envejecida, los datos de incidencia son mayores. En el Servicio de Traumatología del Hospital General de Ciudad Real en el que yo trabajo tratamos a más de 300 personas al año por fractura de cadera.