Una singladura por Etiopía

Redacción
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Una conversación de sobremesa acabó con Marina, su madre y una amiga, en tierras africanas

Las albacetenses, con mujeres y niños etíopes, en un momento de su experiencia. - Foto: M. G.

Mi nombre es Marina, soy enfermera desde hace cinco años y desde entonces siempre he querido utilizar mi profesión para contribuir en temas de ayuda internacional. Por ello, este año ha tocado Etiopía como destino de ayuda junto con mi madre, Antonia, y mi amiga y compañera de profesión Loli. Ambas con el mismo ímpetu que yo por adentrarnos en otras culturas y poder ayudar en lo posible.

La idea de este viaje surgió, como quien dice, en una conversación de sobremesa con mi madre hablando sobre la vida. Las dos nos animamos muy rápido. Es una de las cosas en las que tanto nos parecemos y me encanta. Nos pusimos las pilas y preparamos el viaje en cosa de un mes.

Teresa, una amiga y madre adoptiva de una niña de Etiopía, nos puso en contacto con el padre Juan, misionero español en Etiopía desde hace media vida y que nos ayudó muchísimo en esta fantástica aventura.

Desde el primer día que comencé a buscar información sobre Etiopía, me enamoré por completo del país. Quería conocer sus gentes, sus etnias, su cultura, la convivencia de las tan diferentes religiones que conviven allí y todas sus maravillas naturales. No tenía nada que ver con la idea que yo tenía antes de comenzar a buscar. Estábamos decididas de que nuestro destino era aquel, pero no sabíamos dónde podríamos ser útiles. En medio de la intensa búsqueda di con Mother Theresa Charity Home. Me interesé en conocer qué era exactamente y me encontré con que se trataba de un hospital de beneficencia llevado a cabo por hermanas de la congregación de Madre Teresa de Calcuta. Apenas había información sobre el sitio, lo que hacían o simplemente la dirección.

 

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