La demanda de ayuda al Banco de Alimentos crece un 23%

ANTONIO CÓRDOBA
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José Antonio García, presidente de la institución, destacó que se produjo un incremento importante en la petición de alimentos, tanto en el número de beneficiarios como en el de asociaciones»

La demanda de ayuda al Banco de Alimentos crece un 23% - Foto: José Miguel Esparcia

Hoy más que nunca es necesaria la solidaridad de los albacetenses con el Banco de Alimentos de Albacete, una organización que atiende a más de 9.800 personas en situación de vulnerabilidad, tanto en la capital como en su provincia. Y lo hace gracias a más de un centenar de asociaciones que distribuyen los alimentos, según explica su presidente, José Antonio García. «Ahora -explicó el presidente- ha subido la cifra de personas que son atendidas y me figuro que en septiembre todavía aumentará más». Los Bancos de Alimentos calculan que durante la pandemia la demanda ha aumentado un 50 por ciento en comparación con las mismas fechas en el año anterior y han detectado un incremento de personas nuevas que solicitaban por primera vez ayuda alimentaria a las entidades benéficas. 

El presidente de la institución destacó que «hasta el mes de julio se ha producido un incremento de un 22 ó 23 por ciento de demanda de alimentos, tanto en el número de beneficiarios como en el de instituciones», y en este sentido puso de relieve «el aumento de la necesidad de alimentos en personas que jamás habrían pensado en llegar a esa situación y ahora se pueden ver en la cola del comedor del Sagrado Corazón, donde son atendidas», porque la pandemia también ha cambiado el perfil del perceptor del Banco de Alimentos.

Sin embargo, la solidaridad de los albacetenses se mantiene, pese a la crisis económica que nos afecta. El Banco de Alimentos de Albacete, que repartió el año pasado 1.164.000 kilos de alimentos, no ha podido hacer este año las recogidas previstas en primavera en los centros comerciales, aunque «ha sí que han habido muchas donaciones de particulares y empresas de restauración y distribuidoras de alimentación que tenían sobrantes» y con ello se han cubierto en parte las necesidades más acuciantes de las asociaciones. 

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