La obra misionera necesita ayuda

Delegación de Misiones
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Mascarillas elaboradas en Togo son el símbolo de apoyo para la campaña #AhoraMásQueNunca, que ayuda a visibilizar la entrega de miles de misioneros que hacen frente a la pandemia

El obispo Ángel Fernández y el delegado de Misiones, Fernando Zapata. - Foto: Obispado

Hace unos meses, a raíz de que la pandemia del coronavirus agravase la situación de los territorios de misión, Obras Misionales Pontificias ante el llamamiento del Papa Francisco, impulsó un fondo común de ayuda ante esta crisis, con la campaña #AhoraMásQueNunca. Dicha campaña se ha hecho visible gracias a unas mascarillas realizadas en Togo, donde una misionera española realiza su labor evangelizadora.

En la mayoría de los países de África, Asia, Oceanía y América, la pandemia se ha extendido con dureza. Ante esta situación, cuyas dificultades se ven acrecentadas en esos lugares del mundo, los misioneros han dado la voz de alarma, indicando que no se trata sólo de una crisis sanitaria, sino que ya se está sufriendo una fuerte crisis social y el hambre está generando mucha necesidad, en medio de pobrezas severas y extremas. 

«Nunca olvidaremos estos meses, en el que un virus ha hecho que nuestras vidas cambien, que nos planteemos muchas cosas, que aprendamos a valorar los pequeños detalles. El corazón se encoge de ver a tanta gente pasarlo mal, y se encoge más aún cuando los misioneros repartidos por cada rincón del mundo, dan la voz de alarma. A las pocas posibilidades de las que disponían en muchos países, se suma el Covid-19… Miedo, indefensión, pocos recursos, hambre, falta de materia prima, todo se para. Y te necesitamos, los misioneros son nuestros intermediarios para poder ayudar a tantos que lo están pasando mal. Forma parte de esta oleada de solidaridad, tú puedes cambiar el mundo. Mucha gente lo ha hecho y, tras esa mascarilla hay una gran sonrisa, pues no hay nada más bonito que ayudar al prójimo». Son palabras de Fernando Zapata, delegado de Misiones Albacete, trasladando el sentir de los misioneros, especialmente de los albacetenses.

Nos traslada que a algunos misioneros se les ha tenido que mandar ayuda económica para poder comprar comida a muchas familias, así como para poder mantener el pago de la luz. Algunos de ellos nos mandan mensajes semanalmente, relatando los cambios que hay respecto a esta pandemia en sus respectivos países. Y la cosa no va a mejor. También mensajes desgarradores de familias separadas, confinadas sin poder verse y sin tener comunicación (cosa impensable para nosotros en estos meses). Isabel desde Angola nos dice que los casos van aumentando sin saber muy bien cual es la cifra real de afectados. «Hacemos lo que podemos, con las iglesias y colegios cerrados. Siempre nos queda la mucha gente que acude a nuestras puertas con necesidades de todo tipo y la comunión de oraciones, ahora más intensa que nunca», un mensaje desgarrador de esta misionera albaceteña. Desde Zimbabwe, don Ángel nos narra la preocupación que sienten ante el aumento de casos en Sudáfrica: «Últimamente más preocupados por aquí, nuestros hermanos vecinos de Sudáfrica ocupan el 5º puesto en el rango mundial y como allá tenemos tres millones, ahora están volviendo y no de vacío. Naturalmente nuestro mayor gozo es poder estar al lado de los que más lo sufren. Unidos más que nunca».

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