El importado Black Friday, que para muchos comerciantes pretendía convertirse en un respiro después de meses de fuertes pérdidas debido a la crisis económica que la pandemia del coronavirus ha provocado, fue un tanto gris. Y es que el día lluvioso en la ciudad tampoco acompañó ni invitó a muchos ciudadanos a salir de sus casas, a pesar de los importantes descuentos que ofrecían algunos comercios, en algunos casos superiores al 20% de mínimo fijado para esta jornada, que había en algunos artículos.

El presidente de la Federación de Comercio de Albacete, José Lozano, que calificó de «mala» la jornada a nivel de ventas por la lluvia, criticó no obstante que «la acción del Black Friday se ha desvirtuado». Si bien reconoció que cuando surgió hace unos años al comercio tradicional como es su caso no le gustó esta iniciativa, con el paso de los años los comerciantes la fueron adaptando a sus negocios. Sin embargo, Lozano apuntó que si bien antes se concentraban los descuentos en un día, «ahora cada comerciante hace de su capa un sayo», y esto provoca «que se solapen unas campañas con otras y todo el año estemos con una dinámica de precios bajos, donde casi no tenemos margen de ganancia».

Entre los consumidores que en la jornada del viernes transitaban por las calles del centro tras realizar algunas compras  los había desde satisfechos como Inma Simarro que acaba de adquirir una chaqueta a un precio muy ventajoso, y manifestó su satisfacción «porque este año los descuentos de Black Friday merecen la pena, porque en algunos artículos la rebaja llega al 40%», a los desencantados, como Carmen Rodríguez, que señaló que «no merece la pena esperar a este día, porque he encontrado artículos rebajados y otros en cambio no; además las zapatillas deportivas para mis hijos que le gustan no tenían descuento».

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