El correo de hoy

I.M.
-

La correspondencia más habitual que llega a los buzones de los domicilios son comunicaciones bancarias y facturas, pero también contabilizan las cartas certificadas, las notificaciones y la paquetería

Imagen de una trabajadora del servicio postal de Correos que entrega la correspondencia domiciliaria. - Foto: Rubén Serrallé

Este domingo se celebraron las pruebas de ingreso en Correos para cubrir más de 4.000  puestos de personal laboral fijo en categorías operativas de toda España, de los que 33 de estos puestos correspondían a la provincia de Albacete, recuerda la representante de Comisiones en Correos Albacete, Eva Belmonte. Las pruebas, con carácter eliminatorio, versaron sobre materias relacionadas con los productos, servicios y procesos de trabajo de Correos, y serán complementadas   con una fase de méritos posterior en la que se valorará la experiencia, los permisos de conducción (en su caso), y la formación necesaria para el adecuado desempeño del puesto de trabajo.

Cabe añadir que esta, no obstante,  era  la mayor oferta de empleo lanzada por Correos  en la última década con puestos de trabajo en esta provincia y en el resto de las provincias a nivel nacional. Los trabajos a cubrir tienen que ver con  el desempeño de funciones de reparto motorizado y a pie en el ámbito urbano y rural, la clasificación en los centros logísticos y la atención al público en oficinas.

Correos, como es conocido en su condición de prestador del servicio postal universal  público tiene la obligación de garantizar que nadie, particular o empresa, se quede, viva donde viva, sin el derecho a comunicarse por la vía postal.  Pero dicho esto igualmente uno no puede negar que, hoy por hoy, el producto postal tradicional por excelencia, la carta ordinaria, lleva años en descenso conforme la implantación de las nuevas tecnologías y el uso de ordenadores o teléfonos móviles, ha ido a más susituyéndola. Y es que actualmente la correspondencia que llega  a los buzones de los domicilios son fundamentalmente facturas y  comunicaciones bancarias, o dicho de otra manera, el conocido como  correo comercial, además, de cartas certificadas y  notificaciones,  desde el momento de que Correos es el único garante de la fe pública registral, y ya en menor medida, telegramas y  burofax.

(Más información en edición impresa)